Melilla centro cultural, al descubierto en dos días
Dos días en Melilla centro cultural para descubrir. Melilla centro cultural que ofrece su hospitalidad y fascinante vida. Dos días en Melilla, un descubrimiento al otro lado del Estrecho. Melilla la ciudad de las cuatro culturas se descubre en dos días.
Para llegar a Melilla hay que cruzar al norte de África. Una ciudad marinera, restaurada y embellecida. El Triángulo de Oro modernista que luce imponente y la cadena de playas complacientes.
Melilla es única, excéntrica, original y fascinante. Cuatro culturas: musulmana, cristiana, judíos e hindúes han enriquecido su historia. No es ninguna ruta turística. No obstante, esta en la mitad de todo. La cordillera del Rif la protege y se encima para observar el Mediterráneo en todo su esplendor.
Melilla al descubierto, su primer día.
Empecemos con la vieja Melilla. Un conjunto histórico que se extiende en cuatro recintos fortificados. Cada uno visualiza los distintos episodios de su historia. Evidencia el paso de los fenicios, romanos y árabes para luego convertirse en una hermosa ciudad española un 17 de septiembre de 1497. Los muros de la ciudad la elevan al promontorio rocoso, como isla, frente al cabo de Tres Forcas.
Iniciamos el paseo por la plaza de los Carros, llegamos al túnel de San Fernando en la Falsa Braga que conduce hasta el foso del Hornabeque. Allí apreciamos el callejón carcomido de piedra y su torre de la Alafia, el Cuartes y el baluarte de San Fernando. El Itsmo destaca el Baluarte de San Pedro y San José. Juntos gracias a la plaza de Armas. Hacia el norte observamos la ensenada de los Galápagos, una hermosa cala. Seguimos, y encontramos los fuertes del siglo XIX construídos en el exterior de la ciudad para reforzar el quinto recinto fortificado donde se destacan los fuertes de Rostrogordo o el de Camellos.
Sus guardiciones militares protegieron a Melilla La Vieja, le permitieron crecer. Construyeron una hermosa iglesia de estilo gótico, la capilla de Santiago. Única y hermosa en este continente. De frente a ella, la plaza Maestranza, el Almacén de la Peñuelas que acoge el Museo de Melilla.
Detalles de tantas obras conservadas, como la Iglesia de la Concepción, el templo cristiano del siglo XVII. Detrás un baluarte para recibir el Museo del Ejército. Al seguir, un faro y encontramos el Hospital Real. Convertido en centro cultural. Más abajo las Cuevas del Conventico mostrando las ramificaciones subterráneas del imponente peñon donde esta bella ciudad esta eregida.
A principio del siglo XX, la ciudadela antigua quedó pequeña. Creció y surgió un Ensanche Modernista. Residencias de gran modernidad, muchas de ellas del artista catalán Enrique Nieto, discípulo de Gaudí. Esto hace que esta ciudad sea la segunda de España con mayor números de edificios adscritos a esta corriente artística. Además esta, el Casino Español, La casa del Telegrama del Rif, los Cristales y la Cámara de Comercio todos reunidos en el famoso Triángulo de Oro. Las fachadas, cancelas, balconadas y tejados son adornadas con majestuosos motivos florales.
La avenida Juan Carlos I aparece la plaza de las Cuatro Culturas. Es el símbolo de la convivencia de árabes, judíos, hundúes y cristianos. Una ciudad tolerante, plural y cosmopolita. Los lugares de culto bien ubicados. Covertida en un remanso de paz y fraternidad.
Deslumbrante con Tel Aviv y su cultura fascinante. Otro destino de 48 horas.
El segundo día en Melilla.
Ahora conoceremos los lugares de diversión. Sus Playas, la más buscada Alcazaba, la Hípica, Cárabos, Las Horcas Coloradas y los Galapagos.
Apunta en tu recorrido la jornada de compras. Por ser territorio franco no se aplican aranceles ni se paga IVA. Esas ventajas la hacen más atractiva aún. La compra de joyería fina, relojería, perfumería, delicateses, bebidas y tabaco es lo más solicitado. Por supuesto, la artesanía marroquí, el cuero y la cerámica bien representada en las tiendas del barrio del Real. Los coloristas zocos marroquies próximos a la frontera, como los del Barrio Chino o los del Had son los mejores.
Para llegar a Melilla lo haces en barco por medio de tres compañias. Se enlazan con los puertos de Málaga, Motril y Almería. También, hay vuelos diarios conetados con estas ciudades, además de Madrid. Para dormir está el Parador de Turismo, con buena vista y cerca de los fuertes militares, a la parte modernista de la ciudad y al mar. El Trip Melilla Puerto es un hotel cómodo, funcional y estratégico. Ubicado donde empieza el paseo marítimo y a cien metros del centro de la ciudad. Para comer la casa Juanito la Barca, Miguel Benítez y la Traviata son buenas propuestas culinarias donde la gastronomía es la mezcla de las culturas.
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