Hace pocos días que entramos en el verano, en concreto el día 21 de junio, y aunque en nuestro país significa estar inmersos en plena época de lluvias, para nuestros vecinos del hemisferio norte es sinónimo de sol y calor. Es por ello por lo que los más afortunados aprovecharán precisamente este periodo para viajar a estas zonas aprovechándose del buen tiempo y huyendo de la consabida lluvia. Es importante que todos ellos tengan en cuenta que al viajar deberán no solo modificar sus dietas en función al país de acogida sino también en función a la propia estación.
Países como Estados Unidos o España han sufrido durante los últimos días fuertes olas de calor. En el caso de Estados Unidos, los termómetros llegaron a alcanzar los 52 grados centígrados en diferentes puntos de los estados de Arizona, Nevada y California. En España las temperaturas han sido algo más bajas, pero tampoco demasiado, alcanzando valores cercanos a los 45 grados centígrados en zonas del sur del país. Unas temperaturas extremas que afectan a nuestro organismo casi sin que nos demos cuenta y que nos obligan a tomar ciertas medidas al respecto. El calor exterior influye en la temperatura corporal de los seres humanos, cuyos valores ideales se sitúan entre los 36-37 grados centígrados. La forma de nuestro organismo de combatir este calor es la sudoración, lo que provoca que nuestro cuerpo pierda sales minerales y líquido con el objetivo de mantener esa temperatura estable. En este sentido es importantísimo mantenerse siempre hidratado, consumiendo bebidas frescas como agua, tés fríos o zumos. Hay que beber aunque no se tenga sed para recuperar esas sales minerales y se recomienda huir de los refrescos azucarados y las bebidas con cafeína.
Por otra parte, es habitual que en esta época estival se opte por comer bocadillos o sándwiches, sobre todo en aquellos días en los que nos vamos de excursión. De hecho, la historia de los emparedados se remonta a tres siglos atrás cuando el IV Conde de Sandwich, un gran aficionado a los juegos de cartas, decidió incluirlos como tentempié entre partida y partida. Lo mejor es optar por bocados fríos, que contengan verduras y que huyan de los fiambres pesados y las carnes. Así, los sándwiches vegetales como el tradicional sándwich club, o creaciones propias a base de rúcula, ensalada, grosellas, aguacate, salmón ahumado o pavo, que si bien es un fiambre es de los más suaves y fáciles de digerir. Además, es muy importante aumentar el número de piezas de fruta que ingerimos al día ya que la mayoría de ellas tienen un alto porcentaje en agua y nos ayudarán a mantenernos hidratados.
También es muy importante intentar establecer unos horarios de comida. Esto no siempre es posible ya que cuando se está de vacaciones es habitual que cada día comamos a una hora por las diferentes actividades que llevamos a cabo. Sin embargo, es muy importante intentar mantener una rutina para que nuestra digestión y nuestros biorritmos no se resientan y provoquen un malestar posterior, sobre todo en forma de cansancio.
Por otra parte, este calor obligará a los viajeros a permanecer el mayor tiempo posible a la sombra para evitar posibles insolaciones. Esto provoca que en muchas ocasiones la hora de salir del hotel a dar una vuelta sea la habitual en la que en un día normal estaríamos entrando en casa. Esto está bien, pues así se reduce el tiempo de exposición directa al sol pero también es negativo porque varía nuestros ciclos del sueño. En este sentido, es importante, de nuevo, fijar unos horarios, que no tienen que ser los mismos que ya se llevan de casa, para que el cuerpo se acostumbre a dormir siempre a la misma hora, evitando así el cansancio que se suele acumular durante los viajes.
En cuanto al deporte, los expertos recomiendan no forzarse demasiado durante los días de mayor calor para evitar posibles complicaciones como el agotamiento, la insolación, la deshidratación, la bajada de tensión o las quemaduras solares. Se debe huir de las horas centrales del día y aprovechar la primera hora de la mañana o la última de la noche para ejercitarse ya que en estas franjas se encuentran las temperaturas más bajas. También es importante tener en cuenta que nunca se debe uno refrescar inmediatamente después de realizar deporte por mucho calor que haga o se tenga ya que podría causar un shock término en nuestro organismo.
Las altas temperaturas, por tanto, afectan a nuestros biorritmos y es algo que debemos tener en cuenta para adecuarnos en consonancia a esta nueva situación. Todo con el objetivo de disfrutar de unas vacaciones al 100% y sin sustos.
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