Con información de Infobae
El 7 de octubre, los delegados que la Alta Comisionada Michelle Bachelet tiene en Venezuela regresaron a las instalaciones de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). Un hecho relevante fue lo que ocurrió ahí con uno de los detenidos, que se encuentra en el sótano 1 sector C, llamado Reyes Gabriel Hernández, a quien en el estado Apure conocen como el Gordo, y en la DGCIM como el Finquero de Apure.
Hace unas semanas le dice a custodios y a otros presos que algunos de los oficiales, precisamente quienes han sufrido mayor tortura, estaban planificando un motín para fugarse. La historia fue bien armada, menos por el hecho de que a dos de las personas que coloca orquestando el motín son dos coroneles, uno de los cuales está preso porque el otro lo delató. A consecuencia de eso, tres militares son enviados a la celda de castigo en la Casa de Los Sueños. Entonces no pasó de ser más que un chisme mal intencionado, hasta la visita de la Comisión de la ONU.
Ese día, los delegados de Bachelet les dan un recorrido por el sector C del sótano 1. La comisión iba en compañía de los principales funcionarios denunciados por tortura y violación de derechos humanos, con quienes El Finquero mantiene una estrecha relación de camaradería. Hernández dijo, casi a gritos, a los delegados de Bachelet, que ahí nunca se ha torturado a nadie, que eso que han dicho las víctimas de tortura son inventos y que quienes están en la Casa de Los Sueños es por mala conducta.
Es el único de los presos que en su celda tiene nevera, televisor, microondas, radio e incluso electricidad individual, por lo que cuenta con apagador propio. Al igual que la mayoría de los detenidos, en esos sótanos infernales, se enfermó de COVID y lo enviaron por unos días a la Casa de Los Sueños. Él tiene problemas renales.
Mientras el Capitán retirado del ejército Jesús Alberto Aguilarte Gámez fue consentido de la revolución bolivariana y gobernador del estado Apure, su compadre Reyes Gabriel Hernández se convirtió en un potentado.
Pero es necesario recordar quién era Aguilarte para entender el caso del hoy detenido en DGCIM. El capitán participó activamente en la intentona de Golpe de Estado contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, el 4 de febrero de 1992, liderizado por Hugo Chávez, Javier Arias Cárdenas, Jesús Urdaneta Hernández y Yoel Acosta Chirinos.
Con la llegada, años después, de Chávez a la presidencia de la República, todos los que habían participado, apoyado o asomado la cabeza a última hora el 4F recibieron lluvias de beneficios, incluso algunos hasta rangos militares.
“Todos sabían que El Gordo andaba en malos pasos. Cristóbal Jiménez se lo llevó para un acto en Fuerte Tiuna. Al término del mismo, el ministro Padrino López mandó a llamar al cantante a su oficina y le pidió que para futuros actos no llegara con ese tipo de compañía, lo que evidencia que sabía quién era Reyes”, dice a Infobae una fuente política.
El 31 de julio de 1999, Aguilarte toma posesión como gobernador del estado Apure. Ese día Chávez da un discurso, donde dice: “Se convierte usted, Capitán Aguilarte, en el último gobernador del siglo XX en el estado Apure y al mismo tiempo, el primer gobernador del siglo XXI del estado Apure”.
Al término del mandato Aguilarte no logra repetir en la Gobernación. Pero lo intenta nuevamente y siendo gobernador en febrero del año 2011, fue presionado a renunciar. Un mes antes del hecho Diosdado Cabello viajó a la Gobernación, se reúne con Aguilarte, con quien nunca había tenido buena relación, y con El Gordo Reyes Gabriel, con quien sale de ahí en el mismo vehículo.
Semanas después Chávez le propone a Antonia Muñoz, ex gobernadora de Portuguesa, que asuma la gobernación de Apure, pero ella se niega. Diosdado propone de inmediato a Carrizalez, quien había sido Vicepresidente de la República y así se convierte en gobernador de Apure, cargo en el que lleva nueve años.
Trece meses después, el 24 de marzo 2012, a Aguilarte le dispararon mientras se encontraba en un local de comida rápida en Maracay, estado Aragua; permanece en una clínica hasta que muere el 2 abril. Todo indicaba que era un sicariato y por ello aprehendieron a seis hombres: Unai Bastidas y su padre Pedro Bastidas, Jesús Enrique Rodríguez, Renzo Torres, Spartaco Pacheco y Daninyer Daniel Ferraez. No hubo detención de los autores intelectuales del hecho; aunque siempre se mencionó que eran deudas del narcotráfico, el caso se silenció. Después se supo que el capitán Aguilarte había hecho contactos previos con la DEA para suministrarles información.
Un amigo de Aguilarte dijo a Infobae que “El Gordo fue parte de la perdición de Aguilarte, porque lo engolosinó buscándole drogas y mujeres. La pistola que Aguilarte cargaba encima el día que le dispararon se la había dado Reyes tres semanas antes”. El Finquero siguió en Apure, donde tenía importantes inversiones, se le menciona como pieza clave de negocios del narcotráfico en la zona. Y entra en conflicto con Carrizalez.
En escena aparece el M/G Eslaín Moisés Longa Tirado, que encabezó el rescate aéreo de Chávez la madrugada del 14 de abril luego del Golpe del 11A 2002; el alto oficial fue de la REDI Los Llanos de 2012 a 2013. En abril del 2015, y ante señalamientos hechos contra él por Carrizalez, Longa reconoció su relación con Reyes, a quien conoce en el 2011, cuando le solicitaron ayuda por la desaparición de una avioneta de El Gordo en el aeropuerto de Guárico. El periodista Miguel Cardoza publicó entonces que el oficial reconoció “ciertos tratos económicos entre ambos, pero no de grandes dimensiones, el mayor contacto era para usar el referido predio en la lucha contra el narcotráfico”, según Longa aseguró a los medios.
Caso de los drones
El estado Apure es clave en lo que se refiere a la presencia de oficiales, entre esos generales, relacionados con dueños de fincas y riquezas que nadie sabe cómo florecieron tanto. Reyes Gabriel Hernández se relacionó siempre con oficiales de alto rango, algunos de ellos por estrecha relación de amistad y negocios.
Cuando ocurre el intento de magnicidio contra Nicolás Maduro el 4 de agosto 2018, empezó una cacería contra oficiales de diverso grado militar a quienes los servicios de Inteligencia señalaban de estar involucrados, también se aprovechó de involucrar a figuras políticas y militares incómodas.
Un oficial, quien supuestamente iba a ser detenido por el caso, habría sido ayudado por Hernández para que huyera del país. Por esa razón lo detienen, lo imputan y lo envían a la DGCIM donde aún permanece. Lo resaltante es que le confiscan el millonario hato El Chaparralito, rico en pistas de aterrizaje para aeronaves donde, por cierto, según han narrado habitantes de Apure, “El Gordo hace fiestas con mujeres y exceso de todo, siendo las últimas para Francisco Flores. En ese grupo estaba Cristóbal Jiménez y Nixon España que era de PDVSA”.
Hay que destacar que El Gordo, apodo de antes que Hernández se hiciera la manga gástrica, intentó controlar el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en Apure, pero tuvo mucha resistencia. “Él es hablador, trata de hacer amigos y su personalidad no es hostil, pero es muy hábil, envía regalos, halaga, hace y pide favores”, lo describe un dirigente del chavismo.
Al final le quitaron El Chaparralito, otras fincas, algunos apartamentos y unos galpones en Valle de La Pascua. Le quedan importantes empresas en el exterior. Ya no viste un día de un traje de marca y al día siguiente de otra más costosa, tampoco hace lujosas fiestas con ex reinas de belleza, pero sigue siendo un privilegiado incluso en el infernal sótano de la DGCIM, aunque sea para mentir.
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