Estas se podrán comparar con el estado actual y como eran en la antigüedad. Las Termas de Diocleciano se encuentran en el corazón de Roma y se encuentran custodiadas por Anna De Santis, quien resaltó que las personas que deseen hacer el recorrido con un costo adicional podrán disfrutar de unos lentes especiales para así observar el espacio arquitectónico como era anteriormente.

Una realidad virtual de punta

Los turistas podrán tener una recreación a 360 grados gracias a los lentes que tendrán aspecto de una máscara de buceo y que logrará reproducir todo lo que vería el ojo humano si se encontrará en el siglo IV. La simulación podrá además ser escuchada de forma simultánea en italiano o en inglés con una descripción de los ambientes que se está observando y «qué función tenía la sala» en la que está en cada momento.

Esta importante locación conocida como las Termas de Diocleciano fueron construidas sobre una superficie de 13 hectáreas por voluntad del emperador Massimiano en el año 298 d.C. y fueron concluidas en un tiempo muy breve, pues su inauguración se celebró en el año 306 siendo dedicadas al emperador Diocleciano, con quien Massimiano compartía el mando del imperio.

Unas 3.000 personas podrán entrar y disponían de varias salas principales como el calidarium (un baño caliente y vaporoso), el tepidarium (baños de agua tibia) y el frigidarium (baños fríos), que se ubicaban a lo largo de un eje central, en cuyos lados se articulaban simétricamente el resto de habitaciones que tenían diversas funciones, como servir de gimnasio o de vestuario.

Aquellos magníficos mármoles policromados y las decoraciones con estatuas e imponentes columnas pueden volver a verse ahora gracias a esta meticulosa reconstrucción científica e histórica, responsabilidad del equipo de arqueólogos, coordinado por De Santis, y de los técnicos del Consejo Nacional de Investigación, dirigidos por Francesco Antinucci.

Por ahora, el visitante podrá recorrer seis estancias que le permitirán tener la sensación de viajar al pasado y disfrutar por ejemplo de un baño en la natatio, la enorme piscina la aire libre de unos 4.000 metros cuadrados, cuya superficie estaba revestida de mármol y mosaicos. Con todo esto el museo desea atraer la atención de los turistas que viajen a Roma y ampliar la cifra de los 10.000 visitantes que reciben de media cada año.