También las familias necesitan accesar al crédito mediante la Ley de Política Habitacional, LPH.
Franklin Rodríguez CNP 17620
En Valle de La Pascua, muchos edificios inconclusos, con paredes oxidadas, rodeados por los arbustos y la maleza que crecen en sus alrededores, son la huella visible, de una situación económica sin precedentes en Venezuela, reflejada en un sector de relevante importancia para la sociedad, como es la industria de la construcción en cualquier lugar del mundo y en toda época de la historia, por su aporte al desarrollo urbanístico de las ciudades, impulso al movimiento comercial y la capacidad para generar puestos de trabajo que contribuyen a mejorar la calidad de vida de la población.
De acuerdo con Willians Hernández, licenciado en Administración, con tres décadas de experiencia como constructor, dedicado al desarrollo de proyectos urbanisticos en varias ciudades del estado Guárico, lo que se observa en Valle de La Pascua, se repite en los diferentes municipios de esta entidad. Es el rostro de la crísis que afecta a todos los sectores de la Economía en Venezuela.
A juicio de Hernández, hay una parálisis casi total en este sector, fundamentalmente, porque no hay financiación para el sector de la construcción y, por ello, es que vemos muchos proyectos residenciales, casas, apartamentos y locales comerciales, estancados, porque al no disponer de los recursos, resulta cuesta arriba, la culminación.
Asimismo, hay edificaciones culminadas que tampoco han sido vendidas, porque no hay crédito para las familias que desean adquirir una vivienda. Solo un pequeño porcentaje, quizás el 1 o el 2% en caso de disponer de algún recurso, puede comprar una casa, el resto tiene muy pocas o ninguna opción.
En Venezuela todos los trabajadores del sector público y también del privado, pagan Ley de Política Habitacional, LPH. ¿Por qué las familias no cuentan con créditos para comprar una vivienda? Esa es una interrogante que el Estado venezolano debería responder, tomando en cuenta la gran masa de dinero que ingresa a través de los descuentos que se hace a los trabajadores, respondió Hernández.
Agrega que por un lado, debido al anclaje de la banca, los constructores no tienen financiamiento para llevar a feliz término un proyecto, y por el otro la gente no cuenta con créditos para comprar una casa.
Estamos en un contexto, enfatiza Willians Hernández, donde no hay quien compre ni hay quien venda. Eso puede incluso verificarse a través de las ferreterías y otros negocios dedicados a la venta de materiales para la Construcción que hoy están sin clientes y vendiendo otros rubros para mantenerse.
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