Por: FELIPE HERNÁNDEZ G.*
El 17 de diciembre de 1830 falleció en Santa Marta – Colombia, nuestro Libertador Simón Bolívar. Siete días antes, el 10 de diciembre de ese año, en la hacienda de San Pedro Alejandrino había dictado su Testamento, en él pidió que sus restos fuesen enterrados en Caracas. Más sin embargo, para que se cumpliera su voluntad debieron transcurrir doce años. En ese orden, en 1839 el Gral. Carlos Soublette, encargado de la Presidencia de la República, inició un modesto movimiento para la repatriación. Pero es el Presidente J.A. Páez, en su segundo mandato (1839-1843), quien atendiendo el clamor popular, solicitó al Congreso Nacional repatriar los restos del Padre de la Patria. Una vez aprobada la solicitud, el Presidente decretó el 30 de abril de 1842 la traída de los restos con las honras fúnebres de rigor y la disposición para que fuesen depositados en la Catedral de Caracas. El 12 de mayo fue invitado el Poder Ejecutivo Nacional y el de la Nueva Granada y Ecuador a concurrir a la exhumación de los restos en Santa Marta; para lo cual fue designado el insigne Dr. José María Vargas como jefe de la comisión, junto a los generales Francisco Rodríguez del Toro (el Marques del Toro), don Mariano Ustáriz, José María Carreño y el sacerdote Manuel Cipriano Sánchez como Gran Capellán, fijándose el día 17 de diciembre como la fecha de regreso a la capital. El general Daniel Florencio O’Leary, fue comisionado para que encargara al escultor italiano Pietro Tenerani la realización de un monumento en la Catedral de Caracas, (monumento inaugurado en 1842, y trasladado al Panteón Nacional el 28 de octubre de 1876, cuando ingresaron a ese recinto los restos del Libertador).
El 13 de noviembre salió de La Guaira la comisión a bordo de la goleta “Constitución” debidamente acondicionada al mando del capitán de navío Sebastián Boguier, junto al bergantín “Caracas” y la fragata francesa “Circe”. Llegaron a Santa Marta el día 16. El 20 a las cinco de la tarde exhumaron los restos que reposaban en el panteón de la familia Díaz Granados en la catedral de Santa Marta; reconocidos por los médicos responsables de tan noble comisión, entre ellos el esclarecido Dr. Alejandro Próspero Reverend (quien atendió a Bolívar desde su llegada a Santa Marta y le realizó la autopsia) y el célebre Dr. José María Vargas.
Las calles y casas de Santa Marta estaban enlutadas; la comisión venezolana agradeció las atenciones de las autoridades neogranadinas; siendo los restos embarcados el día 21 en la goleta “Constitución”, después de una solemne ceremonia fúnebre. En el viaje de regreso de Colombia se desencadenó un temporal que amenazó al convoy y se vieron en la necesidad de refugiarse en Los Roques donde pasaron la noche, al amanecer reanudaron la marcha.
A lo largo de la travesía, y en la noche que debieron pasar en Los Roques, 15 cadetes comandados por el Tte. Nicomedes Zuloaga le montaron guardia de honor.
El 13 de diciembre estaban frente a La Guaira, donde le esperaban varias embarcaciones nacionales y extranjeras con sus banderas a media asta, para agregarse al gran cortejo naval. El día 15 fue bajado a tierra. El general de brigada Juan Uslar, llegó de Valencia muy afligido, portando el uniforme con el cual había combatido al lado de Bolívar, los restos pernoctaron en la iglesia del puerto de La Guaira; y el día jfueron subidos a Caracas en una extraordinaria procesión, reposando en la iglesia de la Santísima Trinidad, (hoy Panteón Nacional). Por coincidencia, la familia Bolívar era devota de la Santísima Trinidad, así se llama el panteón familiar en la Catedral de Caracas; de allí el nombre del prócer, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad.
Una vez en Caracas, las comisiones designadas montaron guardias de honor; el 17 de diciembre fecha de su muerte, sus restos son trasladados a la iglesia de San Francisco cumpliendo un estricto protocolo. El pueblo de Caracas acompañó a su ilustre hijo detrás del gran carruaje construido en Paris por instrucciones del Cnel. Agustín Codazzi; todas las calles, casas y los ciudadanos mostraban riguroso luto; la gran parada militar la comandó el muy leal general en jefe Rafael Urdaneta Faría, con uniforme de gala y el sable que le regaló Bolívar. El ilustre Concejo Municipal de Valencia comisionó a Bernardo Escorihuela, Felipe Sojo y Jaime Alcázar. José Alberto Espinosa, deán de la Catedral y rector de la Universidad de Caracas, a la una de la tarde leyó una brillante oración alusiva a la vida del más grande de los americanos. El 23 de diciembre se realizó una ceremonia similar para el traslado de los venerados restos en hombros de sus edecanes y oficiales, que lo acompañaron en la gesta emancipatoria, hasta la Catedral de Caracas, donde se interpretó el Réquiem de Mozart.; así, sus restos estuvieron al lado de los de sus padres y su esposa, hasta que fueron trasladados al Panteón Nacional el 28 de octubre de 1876, día de San Simón. De este modo concluyó la voluntad de nuestro Padre Libertador.
Valle de la Pascua, 26 de octubre de 2019.
Cronista Oficial del Municipio Leonardo Infante- Valle de la Pascua // felipehernandez457@yahoo.com
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