La eliminación de la «pobreza energética», es tarea de todos
El hecho de no poder satisfacer las necesidades de calefacción, y suminstro de agua caliente sanitaria, es mundialmente conocido con el término de «pobreza energética». Durante los crudos inviernos europeos, los estragos que la pobreza energética causa son enormes. Aún con un clima menos inclemente que otros, España se ubica en el cuarto lugar entre los países con mayor pobreza energética; y es deber de todos ir al combate para eliminarla.
En febrero del año 1956, una ola de frió recorrió al continente europeo, ocasionando devastación en las ciudades y campos. En recordación de esas fechas, se instauró la Semana de la Pobreza Energética, que ocupa los días del 17 al 22 de febrero de cada año.
¿ Qué factores originan la pobreza energética ?
Desde ese año, 1956, donde los efectos de las bajas temperaturas, ocasionaron miles de fallecimientos; se comenzó por determinar las reales causas de las deficiencias en el suministro de calor para los hogares. Se identificaron los factores que inciden directamente en la imposibilidad de muchos, para mantener sus casas con el debido bienestar térmico, y se comenzó el diseño de políticas para enfrentar el problema de manera integral.
De los factores que tienen marcada influencia sobre la proliferación de la pobreza energética; debemos señalar, que los altos costos de la energía, y su fusión con los mermados niveles de ingresos por causa de las crisis económicas, son los responsables en mayor grado de la situación que viven millones de personas en Europa, y sobre todo en España.
Otro de los elementos que intervienen desfavorablemente en el consumo energético, está representado por la baja eficiencia de los sistemas y equipos, que se emplean en sectores residenciales para proveer de calefacción y agua caliente sanitaria a sus habitantes.
Además de lo ya señalado, las construcciones no adecuadas totalmente a las condiciones climáticas, son otra de las causas que impiden el bienestar térmico y saludable que la población requiere.
Ante el panorama analizado, se toman medidas que pretenden llevar a su mínima expresión, los niveles de pobreza energética que actualmente tenemos.
Y entonces, ¿ Qué debemos hacer ?
Para evitar que se continúen presentando episodios desagradables durante el invierno; debemos actuar de forma contundente y precisa. En todos los niveles de gobierno; en la empresas dedicadas a las áreas térmicas; en las compañías constructoras; en las instituciones oficiales, y en la ciudadanía en general, el trabajar conjuntamente y desarrollar la conciencia ambiental necesaria, es el modo de lograr resultados satisfactorios.
La preocupación de nuestra sociedad ya se manifiesta de diversas formas, que van desde las simbólicas, hasta las efectivas. Se iniciaron los programas de rehabilitación energética de edificios, que permiten el mejoramiento térmico de las viviendas y el ahorro sustancial de energía. Estos programas buscan que se financien las reformas estructurales integrales que se ejecuten en las edificaciones, y que por su elevado costo, no pueden ser asumidas en su totalidad por los propietarios.
Se implementan medidas de protección social como las nuevas tarifas contratadas que no permiten el corte del servicio eléctrico a los más necesitados o en situación de vulnerabilidad por su extrema pobreza energética.También se implementa el «Bono Social», que protege económicamente a los consumidores que tengan una renta muy baja en sus ingresos.
Se extienden a todos los niveles, las campañas organizadas, buscando que en las comunidades se fomente el desarrollo de la eficiencia energética, con la implementación de conductas que mejoren los hábitos en el consumo de energía.
Finalmente, se intensifica el incremento en la aplicación de las nuevas tecnologías, en los sistemas y equipos destinados al suministro de calefacción y agua caliente sanitaria, con la finalidad de hacerlos más eficientes y eliminando las emisiones de gases que contaminan nuestro ambiente.
En fin, mucho se ha avanzado desde ese duro invierno del año 1956; pero hace falta que el combate a la pobreza energética se torne más efectivo y generalizado; hasta lograr su erradicación y que ningún español sufra sus consecuencias.
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