26 de Mayo del 2016.-
Notipascua.- Maduro es colombiano. Así lo admite la Sala Constitucional del TSJ, mediante sentencia publicada en la Gaceta 40.909 del pasado lunes 23 de mayo de 2016. Una sentencia silenciosa que trata de allanar el problema de la nacionalidad de Maduro para que éste permanezca en Miraflores, pero que confirma lo que tantas veces hemos denunciado: Maduro no puede ser presidente porque tiene -al menos- doble nacionalidad.
La Gaceta en cuestión señala: “Sentencia de la Sala Constitucional que establece, con carácter vinculante, que ante el supuesto de que una persona ostente múltiples nacionalidades y una de ellas sea la venezolana, será ésta la que tenga prevalencia en todo lo concerniente al régimen jurídico aplicable a la misma”.
¿Por qué está sala, de manera silenciosa, dicta una sentencia que intenta acallar el debate que está expandido en la calle sobre la usurpación de la presidencia por parte del indocumentado Maduro? ¿Por qué estos magistrados, que dicen conocer al dedillo la constitución, obvian el mandato de la misma que en su artículo 227 obliga a quien aspire ser presidente el “ser venezolano por nacimiento y no poseer otra nacionalidad”.
Cómo estos supuestos conocedores del derecho se saltan a la ligera el artículo 41 que dice: “Sólo los venezolanos por nacimiento y sin otra nacionalidad podrán ejercer los cargos de Presidente de la República… magistrados del Tribunal Supremo de Justicia,…”
¿Es que algún magistrado tiene el mismo problema de Maduro? ¿Cuál otro funcionario está impedido de ejercer funciones por la misma razón? No habla nuestra constitución de “supuestos” ni de “múltiples nacionalidades”, ella es clara y tajante:“SER VENEZOLANO POR NACIMIENTO Y SIN OTRA NACIONALIDAD”. Ninguna sentencia puede estar por encima de la Carta Magna, NINGUNA, señores magistrados.
Una persona (Maduro) cuya partida de nacimiento no aparece por ningún lado, que todo lo relacionado con su venida al mundo es “secreto de Estado”, que no ha podido comprobar que es venezolano porque jamás ha presentado públicamente su partida de nacimiento venezolana evidentemente no es nacido aquí… Ni vino al mundo en El Palotal ni en El Valle, La Candelaria o Los Chaguáramos como lo han señalado el denunciado y sus funcionarios. Particularmente, he llegado a la conclusión que la nacionalidad que ostenta Maduro, es la colombiana. El artículo 96 de la Constitución Política de ese país así lo confirma: “Los hijos de padre o madre colombianos… que en algún momento se domiciliaren en territorio colombiano”y Nicolás Maduro “por ser hijo de madre colombiana y por haberse residenciado en territorio colombiano durante su juventud”, lo es. Por ende, está IMPEDIDO de ser el presidente de 30 millones de venezolanos.
El pasado mes de enero, el Dr. Enrique Aristeguieta Gramcko en representación de miles de ciudadanos que acompañaron su solicitud, planteó que si Maduro no demuestra ante la Asamblea Nacional que es “venezolano por nacimiento y sin otra nacionalidad” su juramentación como Presidente debe ser declarada nula, debe ser destituido de inmediato, y seguidamente llamar a elecciones presidenciales.
Es hora que la Asamblea Nacional tome cartas en el asunto como órgano legislativo y único poder con verdadera legitimidad. El parlamento tiene el deber de garantizar el cumplimiento de la constitución y demás leyes de la República. Ya basta de irregularidades en los documentos de identidad de quien despacha desde Miraflores. No más encubrimientos por parte del CNE y del TSJ para impedir que se conozca la verdad. No mas espera de una Partida. Hagan valer ya el exhorto aprobado por ustedes el pasado 10 de mayo en el cual declararon en su primer decidido: “Denunciar la ruptura del orden constitucional y democrático en Venezuela, materializado en la violación a las disposiciones constitucionales por parte del Poder Ejecutivo Nacional, del Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo Nacional Electoral”
El pueblo venezolano el pasado diciembre se paró y en masa depositó su voto por ustedes con esperanza de cambio. Hoy, ese mismo pueblo anda en la calle, en colas, buscando algo para comer, medicinas para recuperar la salud, angustiado por el hampa que la rodea y amenaza de muerte. Señores diputados, no le den la espalda a ese pueblo. No defrauden nuestras aspiraciones de democracia, libertad y justicia. Maduro no es venezolano, deponerlo por su condición de extranjero es un mecanismo democrático y constitucional, que pone punto final a la más ruin de todas las dictaduras sufridas por Venezuela y abre el camino al Estado de Derecho y la democracia en Venezuela.
Fuente: La Patilla.
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