Para el historiador Hiram Guadalupe Pérez, el verdadero origen de ese género bailable que mezcla ritmos cubanos y puertorriqueños es un tema constante en el debate entre músicos
Notipascua.- El músico puertorriqueño Bobby Valentín afirmó, en entrevista con EFE, que el término “salsa” se originó en la década de los años sesenta, con la intención de “englobar a varios géneros que se reconocían por sus ritmos de manera individual”.
Con casi 50 años de trayectoria musical, Valentín es uno de los bajistas más destacados en la historia de la salsa, un género que, según explica, nace de una mezcla de ritmos cubanos como la guaracha, el mambo, la pachanga, la guajira, el guaguancó y el chachachá.
Algunos historiadores aseguran que la denominación de salsa surgió en los barrios de Nueva York hace más de 60 años gracias a jóvenes músicos latinoamericanos que emigraron a EE UU y que comenzaron a comercializar una nueva forma de hacer música afroantillana.
Sin embargo, una de las teorías más extendidas es que quienes inventaron el término para designar a este ritmo fueron el músico dominicano Johnny Pacheco y el empresario de origen judío e italiano Jerry Masucci, que lo impulsaron coincidiendo con la creación de la marca Fania Records para comercializar esta música que se estaba escuchando en las calles de la ciudad de los rascacielos.
Otra hipótesis también muy generalizada es la que le atribuye la invención a Richie Ray, quien en una entrevista en Venezuela con el fallecido periodista Phidias Escalona, en 1968, se refirió a esa música como “salsa”.
Estrellas de la Fania
El primer disco lanzado por el sello Fania fue “El cañonazo”, una producción de Pacheco que data de 1964 y que tuvo al frente a quien luego fue su cantante principal por muchos años, el puertorriqueño Pete “El Conde” Rodríguez.
Sin embargo, según explica el historiador boricua Hiram Guadalupe Pérez, “antes de esa producción ya habían surgido canciones con sonidos y rítmicas de la vertiente salsera, aunque sin que nadie aún las encasillara en un mismo género”.
“La salsa es un movimiento híbrido, que tiene componentes, tanto de la música cubana como puertorriqueña, y que se funden en una nueva expresión sonora. El tema del origen de la salsa, medio siglo después, continúa siendo una constante en el debate entre músicos y melómanos”.
Guadalupe, autor del libro “Historia de la salsa” (2005), recalca que en los inicios de la salsa “lo que hubo fue una rítmica con muchas tendencias, que cada músico adoptó a su manera y con las que fueron formando sus identidades sonoras”.
Menciona como ejemplo de ello a Willie Colón, nacido en Nueva York de padres puertorriqueños, y quien junto al puertorriqueño Héctor Lavoe, y después el panameño Rubén Blades, formó algunos de los dúos más sobresalientes de la salsa en la década de 1960 y 1970.
Mon Rivera (1925-1978), quien se destacó como trombonista al igual que el propio Willie Colón, fue uno de los pioneros de la plena que, junto con la bomba, es un ritmo autóctono de Puerto Rico con raíces africanas.
“Tratar de atribuirle a la salsa una paternidad es divisorio pues, además, le resta importancia a la diversidad del Caribe, que también se destaca por una historia marcada por la migración”.
Además de Valentín, Rodríguez, Colón y Lavoe, otros legendarios puertorriqueños que se han destacado como salseros han sido Tito Rodríguez, Ismael Rivera, Tito Puente, Eddie Palmieri, Cheo Feliciano, Roberto Roena, Andy Montañez, Eddie Montalvo o Adalberto Santiago.
Algunos de ellos, además, formaron parte de Estrellas de la Fania, considerada por muchos seguidores del género como la máxima orquesta de salsa en la historia. Otros artistas que destacaron en esa formación, dirigida por Pacheco, fueron Ray Barreto, Yomo Toro, Rubén Blades, Papo Lucca, Larry Harlow, Reynaldo Jorge, Celia Cruz e Ismael Miranda.
Poco a poco, una nueva generación de músicos fue sustituyendo a las orquestas de Tito Puente, Tito Rodríguez y Machito y la de los hermanos Charlie y Eddie Palmieri, que se convirtieron en los “platos fuertes” de los clubes Palladium y Copacabana de Nueva York durante los 50 y 60.
Guadalupe afirma que el arraigo que ha tenido la salsa por medio siglo es porque nunca se ha considerado como “una moda, sino más como un movimiento musical que logró identificar e identificarse con los sentimientos y aspiraciones de más de una generación de latinoamericanos y caribeños”.
Fuente: El Tiempo.
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