El núcleo de la Tierra es magnético haciendo que las agujas de las brújulas siempre apunten hacia el norte, pero si los polos magnéticos se desplazaran esto podría cambiar, así lo determinaron unos científicos
La esfera metálica parecida al planeta Marte que se encuentra en el centro de la Tierra está compuesto por hierro y níquel, por lo que estos metales se comportan como si estuvieran en estado líquido debido a la alta presión y temperatura del núcleo, y fluyen en diferentes direcciones, ascendente y descendente.
A esto se le conoce como de convección y producen, a su vez, corrientes eléctricas que inducen un campo magnético, conformando, en su conjunto, el gran campo magnético de la Tierra. Por lo que el polo norte magnético es el sistema de orientación que utilizan los navegantes para determinar el resto de los puntos cardinales.
Esto podría cambiar
Sin embargo, unos científicos chinos publicaron un estudio en el que según el cual los polos magnéticos podrían revertirse en un lapso más corto de lo que se creía. Mientras los geofísicos sostenían que este fenómeno solo podría ocurrir, lentamente, a lo largo de un periodo de cientos de años, el mencionado estudio sugiere que el último desplazamiento de los polos, que tuvo lugar al comienzo de la Edad de hielo, se produjo en un lapso de solo 144 años, es decir, 30 veces más rápido que lo calculado.
Los investigadores constataron fluctuaciones más aceleradas en los polos magnéticos analizando estalagmitas en cavernas de piedra calcárea, muchas de las cuales aún están magnetizadas y cuya edad puede determinarse con facilidad.
Según los científicos, hay varias razones para creer que pronto podría producirse un desplazamiento de los polos magnéticos. En primer lugar, porque el campo magnético de la Tierra se ha debilitado, si se le compara con registros de 175 años atrás, una tendencia que se está acelerando. Luego, los polos magnéticos se están moviendo a velocidad cada vez mayor. El polo norte se encuentra actualmente debajo del hielo ártico, en el norte de Canadá, pero se está moviendo cerca de unas 31 millas cada año en dirección a Siberia.
Por lo que en promedio, la inversión de los campos magnéticos de la Tierra se produce cada 200,000 a 300,000 años, y la última fue hace aproximadamente 780,000 años. Es decir, que una nueva inversión magnética podría estar muy cerca.
Pero esto no debe alarmar porque de todos modos nuestro planeta ha sufrido varias «excursiones” geomagnéticas, sin que eso haya significado que los polos magnéticos se revirtieron por completo, aunque sí causan un desplazamiento temporal, y a veces, hasta uno completo, pero de poca duración.
Ante esto Jürgen Matzka, del Instituto de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, de Potsdam, dijo en entrevista con medios alemanes que «esos movimientos son diez veces más frecuentes” que un desplazamiento definitivo, y que, en principio, «son indistinguibles de las inversiones magnéticas reales”.
A pesar de que un desplazamiento polar no representa una amenaza inmediata para los seres humanos, sí pueden producir fallos en los satélites, advirtió Matzka. Pero ese riesgo no es nada nuevo: dado que los campos magnéticos de la Tierra se están debilitando, no cumplen del todo con su tarea de proteger a los satélites de radiaciones peligrosas y de las partículas emitidas por el Sol.
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