El aumento del «odio y la desigualdad» en el mundo es la mayor tarea que deberá enfrentar la expresidenta chilena Michelle Bachelet como la nueva alta comisionada de derechos humanos de la ONU, quien fue ratificada por parte de la asamblea general
La dos veces presidenta de Chile reemplazará desde el 1 de septiembre al príncipe jordano Zeid Ra’ad Al Hussein, quien desde su puesto fue un duro crítico del abuso de los derechos humanos en diferentes países como los Estados Unidos, China y Rusia.
Bachelet, quien es socialista fue la primera presidenta de Chile, quien durante la dictadura pinochetista en los 70 fue una defensora de los derechos de las mujeres, siendo catalogada como una sobreviviente de las autoridades dictatoriales de ese entonces, así como una pionera de la defensa de los DDHH, es por esto que expertos indicaron que no encontraron a alguien mejor calificado que ella para el cargo.
Sin embargo, la mujer de 66 años deberá enfrentarse al mayor desafío que se presenta en muchos años y que en el mundo se ha desatado una ola de odio y desigualdad, al igual que «el respeto por las leyes humanitarias y de derechos humanos declina, el espacio para la sociedad civil se reduce, la libertad de prensa está bajo presión«, expresaron.
Su historia la mantiene como defensora de los DDHH
Desde pequeña vivió de cerca la crueldad de la tiranía todo por ser hija de un militar que se opuso al derrocamiento del presidente socialista Salvador Allende y murió tras ser torturado bajo la dictadura de Augusto Pinochet. Y es por esto que Bachelet fue detenida y torturada en 1975, antes de partir al exilio, primero en Australia y luego en Alemania oriental.
La expresidenta es pediatra de profesión y experta en salud pública, por lo que tras el regreso de la democracia a Chile en 1990 Bachelet fue ministra de Salud, luego de Defensa y finalmente dos veces presidenta, hasta marzo pasado, cuando por segunda vez pasó el gobierno al conservador Sebastián Piñera.
En su carrera profesional fue también la primera directora de ONU Mujeres de 2010 a 2013, una agencia reconocida por su organización donde promueve la igualdad de género.
Ante su importante participación política Zeid, que dejará el cargo el 31 de agosto, se declaró por su lado «verdaderamente encantado» por la designación de Bachelet. El príncipe jordano decidió que no se postularía a un segundo mandato de cuatro años tras perder el apoyo de países poderosos.
Sin embargo, algunos países no estuvieron de acuerdo con el pronunciamiento, aunque la diplomática estadounidense Stefanie Amadeo instó a Bachelet a «evitar los fracasos del pasado, en particular el continuo fracaso del Consejo de Derechos Humanos en enfrentar abusos de los derechos humanos extremos en América Latina, en particular en Venezuela y en Cuba«.
«La ONU no ha abordado adecuadamente las grandes crisis de derechos humanos en Irán, Corea del Norte, la República Democrática del Congo y otros lugares, ni ha frenado su obsesión crónica y desproporcionada con Israel. Depende de la señora Bachelet hablar claro de estos fracasos en lugar de aceptar el status quo. Esperamos que lo haga. Estados Unidos lo hará», dijo Amadeo.
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