Una nueva investigación informó que se observó una «mini-luna», siendo como un pequeño asteroide que se mantiene flotando en la órbita para luego perderse en las profundidades del espacio. Estos satélites que son naturales y suelen ser temporales
Los hallazgos sirven como oportunidad para que los científicos y aficionados investiguen los movimientos en el espacio, sin embargo, lo más difícil es encontrarlos. Hace doce años, los astrónomos del Catalina Sky Survey detectaron el primer y único satélite natural que se conoce de nuestro planeta además de la Luna.
En su entonces fue bautizado como 2006 RH120, mide aproximadamente 2-3 metros de largo y entra temporalmente en la órbita de la Tierra cada 20 años más o menos, antes de regresar a su órbita ordinaria alrededor del sol. Pero a pesar de las constantes mejoras en la tecnología telescopios, sigue siendo el único TCO (orbitador capturado temporalmente).
Pero según una nueva investigación publicada en Frontiers in Astronomy and Space Science, porque las mini-lunas podrían ayudarnos a comprender mejor la formación de asteroides y asteroides, la dinámica del sistema Tierra-Luna y otros fenómenos celestes.
De hecho, estos objetos transitorios que se mueven rápidamente son difíciles de detectar, aunque es probable que existan en gran abundancia (pero esa es una suposición que aún debe probarse). Las mini-lunas miden entre 1 y 3 metros de diámetro y hacen una o varias órbitas alrededor de la Tierra antes de liberarse. A veces realizan un breve vuelo pasando por la Tierra y asumiendo una nueva trayectoria orbital alrededor del Sol sin completar la órbita completa de nuestro planeta.
Es más, los meteoritos que se estrellan contra la Tierra solo ofrecen una forma indirecta de estudiar los asteroides, ya que la atmósfera de la Tierra destruye los materiales más débiles contenidos en los objetos. Las mini-lunas, dicen los autores, son “objetivos perfectos” para las misiones espaciales, ya que podrían volver a la Tierra en cantidades significativas para su análisis y protegerse de los efectos de la entrada atmosférica.
Las oportunidades científicas están en la puerta
Antes los antecedentes los investigadores enumeran cuatro formas en que las mini-lunas podrían proporcionar nuevas oportunidades científicas: estudiar la dinámica del sistema Tierra-Luna, probar modelos de producción y evolución de pequeños asteroides del cinturón de asteroides, misiones rápidas y frecuentes para visitar múltiples mini- lunas y la evaluación de formas de analizar e incluso extraer mini-lunas para su posterior análisis. Desde perspectivas tecnológicas y comerciales, podrían proporcionar una oportunidad ideal para:
Primero desarrollo y prueba de tecnologías de defensa planetaria (por ejemplo, desviar un asteroide); segundo validar y mejorar los algoritmos de orientación, navegación y control de proximidad, tercero probar procedimientos y protocolos de proximidad para la operación segura de misiones tripuladas alrededor de asteroides, y cuarta establecer la viabilidad de tecnologías de minería de asteroides para futuras aplicaciones comerciales, todo en un entorno en el que el retardo de luz de ida y vuelta es de unos pocos segundos.
Acorde a lo que señaló, el LSST será la herramienta ideal para detectar estas mini-lunas, y se espera que se ponga en funcionamiento en unos cinco años. Una vez completado, este telescopio estará equipado con un espejo gigantesco para recoger la luz de objetos oscuros y una cámara con un campo de visión importante que explorará todo el cielo más de una vez a la semana. Los astrónomos que trabajan con el LSST deberían ser capaces de detectar y confirmar la existencia de mini-lunas y rastrear sus trayectorias orbitales alrededor de la Tierra. Una vez detectados, los científicos pueden planificar potenciales misiones hacia esas mini-lunas.
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