En muchas personas existe la percepción de que la moneda estadounidense se devalúa, sobre todo cuando se trata de comprar alimentos importados o de fabricación nacional.
Los precios registran alzas en la medida en que el dólar sube, lo cual sería justo, por la devaluación del Bolívar, pero muchos comerciantes sin explicación, aprovechan para elevar el valor de los rubros alimenticios en dólares, mientras el consumidor termina pagando doble aumento.
Franklin Rodríguez. CNP 17620.
@franklinrodriguezvdlp
Durante las últimas semanas del mes de julio, los precios de los alimentos en Valle de La Pascua se incrementaron a la par de la subida del dólar, disminuyendo aún más el poder adquisitivo de los consumidores, sobre todo en aquellos núcleos familiares que dependen de un salario mínimo o de los bonos que adjudica el Estado venezolano través del Sistema Patria.
Durante un recorrido por establecimientos comerciales dedicados a la vente de rubros como la carne de res, pollo, huevos, aceite comestible, arroz, azúcar, pastas y margarina, se pudo visualizar que en muchos locales los precios muestran una variación significativa en bolívares, pero también en dólares. Por ejemplo, un producto que era ofertado semanas atrás en 2 dólares americanos, ahora exhibe 2.30, lo cual representa un costo ahora mayor en la moneda estadounidense.
Ello es percibido por mucha gente como una devaluación del dólar, sin embargo, hay quienes consideran que ello estaría asociado a un un proceso especulativo por parte de comerciantes inescrupulosos que además de cobrar el aumento generado por la devaluación del Bolívar, simultáneamente suben los precios en dólares.
El economista Elpidio Pulido al ser consultada su opinión, destacó que en el mes de junio, de acuerdo con organismos que monitorean el costo de los precios de los alimentos, para cubrir la canasta básica alimentaria, entre ellos el CENDAS, se requerían al menos 92 salarios mínimos.
Según Pulido, solamente para adquirir las proteínas de origen animal presentes en las carnes, indispensables en la dieta alimentaria, era necesario desembolsar 28 salarios mínimos.
Igualmente destacó que durante este mismo mes el salario mínimo de los venezolanos, más la cesta ticket, solo alcanzaba para cubrir 1,54% de la canasta alimentaria. Este porcentaje no cubre ni un día del costo de los alimentos requeridos para un mes.
Esto da una idea de como el salario se diluye entre la inflación generada por la devaluación de la moneda nacional y el alza de los precios de los productos de la canasta alimentaria que de manera simultánea, sin brindar a los consumidores la información que lo justifique, es aplicado en dólares, por parte de algunos expendedores de alimentos, lo cual es presentado desde los anaqueles, como una pérdida de valor de la divisa estadounidense y aplicable para productos importados y nacionales.
“Cada día que pasa se hace más difícil hacer un mercado digno, lo máximo que podemos comprar cuando vamos a un supermercado son dos o tres productos”.
De continuar estos aumentos que no sólo son de la comida, sino también de las medicinas, estaremos condenados a morir por desnutrición y falta de medicamentos, señaló la señora Amalia Contreras, una profesora jubilada de 71 años de edad.
Algunos consumidores consideran que la venta de productos de primera necesidad debería ser supervisada por las autoridades competentes para garantizar los derechos de los consumidores y orientar a los comerciantes para evitar la especulación.
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