Algunos comerciantes cambian de actividad económica o se convierten en bachaqueros para subsistir
Freddy Arveláez Gámez.-
Valle de la Pascua.- Un aproximado al 40 por ciento de los locales comerciales se han visto en la necesidad de cerrar operaciones y otro alto porcentaje diversificó su ramo para no bajar la santamaría en Valle de la Pascua, estado Guárico. Al parecer, los comerciantes, empresarios y emprendedores locales además de sufrir las consecuencias del proceso hiperinflacionario por el que atraviesa Venezuela, ahora reciben golpe de gracia con un nuevo impuesto municipal que prácticamente le confisca ganancias y hasta las ventas del 2018, conminándolos a su desaparición como tales.
Este lunes 19 y martes 20 de febrero, en recorrido de horario laborable por las arterias viales de mayor frecuencia comercial, léase calle Atarraya y avenida Rómulo Gallegos de la capital del municipio Leonardo Infante, se constató el cierre absoluto de comercios y negocios dedicado al expendio o servicios variados tales como de víveres, enseres, calzados, ropas, barbería, supermercado, quincallería, bares, cafetería, carnicería, automóviles, aseguradoras, fabricantes de hielo como la emblemática y tradicional Hielo Alaska, configurando un cuadro realista de desolación y tristeza que no requiere de mucha explicación.
Hablan los comerciantes
En torno a la situación; el joven empresario y administrador, Ángel Suárez Valera, relató que para no bajar las santamarías de sus locales muchos comerciantes se están cambiando a ramos distintos a su razón social, como por ejemplo, algunas zapaterías ahora expenden pastas de dientes, frutas, frijoles, panes, tortas, mientras que a la alcaldía de Infante pareciera que poco les importa o no se dan cuenta de la gravedad de la situación, “persistiendo en aplicar impuestos exagerados fijando una tasa con un 400 por ciento de incremento a la utilidad del pasado año. Además de la hiperinflación, aplicaron medidas con las reconversiones monetarias, le quitaron cinco ceros a la moneda nacional, luego vino el Petro a 3.600 Bs, inmediatamente lo llevaron a 9.000 Bs. S y de allí a 36.000 para el pago de las rentas municipales”, asentó Suárez Valera.
Por su parte, Ángel José Suárez Espinoza, presidente de la Cámara de Comercio del municipio Infante, aseveró que un 40 por ciento de los afiliados han cerrado sus negocios ante la grave problemática económica, se han ido a otros lares allende las fronteras, “y ahora para colmo nos lanzan ese misil con la nueva ordenanza municipal lo cual debe provocar estampida y cierre total de operaciones, a menos que eliminemos los avisos comerciales que identifican y dan a conocer el negocio y sus productos o servicios, dado lo oneroso que resulta el impuesto a los avisos comerciales, de tal manera que trancan la posibilidad de mantener puertas abiertas para crecer y proporcionar mayores oportunidades de empleo y progreso en la jurisdicción, de tal manera que además de las soluciones macro-económicas, a la brevedad se requiere ajuste en los tributos municipales, entre otras consideraciones”, finalizó el dirigente gremial.
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