Los gremios empresariales a través de Fedecamaras han dado a conocer que aproximadamente un veinte por ciento de la mercancía que se transporta por las carreteras se queda en las alcabalas donde deben dejar alimentos y dinero.
Franklin Rodríguez CNP 17620
@franklinrodriguezvdlp
Parte del incremento en los precios de los alimentos de la canasta básica alimentaria, estimado en un veinte por ciento, se debe a que los comerciantes tienen que adquirir el combustible al valor que imponen los bachaqueros, además de pagar peajes y dejar mercancía a funcionarios destacados en las alcabalas para que permitan la circulación los camiones por las carreteras del país.
Así lo dio a conocer Freddy Blanco, presidente de la Cámara de Comercio y Producción del municipio Leonardo Infante durante una entrevista en el programa radial Entre Dialogo y Noticias, tras destacar que se trata de una situación que han venido denunciando desde los gremios empresariales y que debería ser atendida por las autoridades competentes del Gobierno Nacional.
Destacó que ante la escasez del combustible para los vehículos de carga los comerciantes de ven obligados a comprarlo a quienes se dedican al bachaqueo, porque de lo contrario tienen que pernoctar mucho tiempo en colas esperando para abastecer las unidades y eso representa perdidas.
En las últimas semanas, seguimiento hecho mediante trabajo periodístico a través de visitas a locales dedicados a la venta de alimentos, ha permitido observar un doble aumento en los precios cada vez que el dólar sube.
Por ejemplo, si en una fecha determinada, la moneda estadounidense se cotizaba en 4 millones de bolívares, al adquirir un producto cualquiera ofertado en un dólar, habría que pagar equivalente con el cono monetario local, el Bolívar, sin embargo, al subir nuevamente el dólar, si se ubicara en 4 millones 500 mil, el consumidor podrá apreciar que ya el costo no es de un dólar, sino que tiene un cargo de varios céntimos demás.
Al respecto, Blanco argumentó que la pandemia ha tenido un efecto negativo en la producción y comercialización de alimentos en cualquier país. En Venezuela ha impactado con mayor fuerza, “estamos en una economía de guerra y los comerciantes han tenido que reinventarse para sobrevivir en medio de la crísis y no bajar la santamaría”.
El dirigente gremial reconoció que la corrupción en las alcabalas y el precio del combustible adquirido en el mercado negro, los cuales no se reflejen en los registros contables de los negocios, generan montos que igualmente deben cargarse a las estructuras de costos de los comerciantes, y eso se traslada al consumidor final.
Por otra parte hizo énfasis en que ante el deterioro del salario que no alcanza para nada, los empresarios y comerciantes, quienes están al tanto de esa realidad, compensan a sus trabajadores con bonos.
Ese es otro monto que también se suma a las estructuras de costos, expresó el dirigente gremial vallepascuese.
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