12 de septiembre del 2017.-
Con información de El Estimulo.-
Notipascua.- Adorable. No pretende cambiar sus formas, tampoco demostrar más de lo que ha expuesto en sus competencias. En su llegada a Venezuela después de su impecable desempeño en el Mundial de Atletismo en Londres, donde se llevó la medalla de oro por Salto Triple, Yulimar solo piensa en visitar Anzoátegui, donde están sus amigos y familiares.
El amor por el amor
Es la primera venezolana en ganar el primer lugar en esta disciplina, mide casi dos metros de altura y está bien plantada en la tierra. Es la primera venezolana atleta que no tiene miedo en mostrar su orientación sexual.
“Tengo una relación bastante bonita, esa persona es muy importante para mí y bueno, me gustaría que en mi país se pueda respetar el amor entre personas del mismo sexo”, afirma.
Si contarle al mundo que te gusta una persona del mismo sexo sigue siendo un tabú en el mundo, y sobre todo en el deporte, en Venezuela es mucho más complicado. De hecho, a pesar de todos los proyectos presentados, aún la ley no protege a las parejas homosexuales.
“A mí lo que me importa es que el trabajo que yo hago sea respetado por todos; por los que no valoran eso y por los que siempre luchan porque sea valorado en todo el mundo”, explica la atleta de cabello verde.
Yulimar entiende que aún hay desigualdades dentro de la actividad que practica, pero creer que esas fronteras se están acercando: “Con los años va a incrementar la igualdad cada vez más en el trabajo, seas hombre o mujer. A mí me gusta que las cosas sean como son y que se respete la igualdad”, replica la venezolana.
“Yo en realidad me siento identificada con todo este tema, me gusta los deportistas que luchan por consolidar sus ideales por la igualdad, seas hombre o mujer”, agrega.
Habla con cierta timidez sobre la homosexualidad, aunque asegura que hasta el momento no se ha topado con discriminadores: “Hasta ahora no he tenido ningún inconveniente con mi sexualidad”.
El amor por la familia
Nacida en Anzoátegui, Yulimar Rojas dedica todas sus victorias a su madre Yulexcis Rodríguez, quien la apoya desde que se inició en el deporte. En entrevistas pasadas, afirma que desde niña se imaginaba triunfante en los Juegos Olímpicos.
“Estoy muy feliz y súper contenta de todo lo logrado este año, de obtener el centro mundial y de ser la nueva monarca del Triple Salto mundial”, expresa la atleta.
Ella sabe quién es, no tiene complejo en demostrar que sus éxitos son tanto de ella como de su entrenador, familia y todo el equipo que la ha ayudado a llegar a la cima. Siempre habla en plural.
Y no es para menos, con apenas 21 años de edad tiene dos campeonatos del mundo ganados y una medalla olímpica.
“Fue una temporada de muchas victorias, donde me mantuve saltando por arriba de los 14.80 metros y eso dice que el trabajo va por buen camino”.
El amor por Venezuela
La energía de Yulimar es como la de un rozagante adolescente; competitiva, soñadora e irremediablemente cariñosa. El día que El Estímulo tuvo la oportunidad de entablar conversación con ella, había tenido un día bastante agotador. Para ella no fue impedimento de mostrarse receptiva y empática, pero no tanto como para despertar sospechas y dudar de su autenticidad. Es honesta.
Dice que en España la tratan muy bien, pero que en su tiempo libre lo que más hace es jugarPlaystation y comer dulces. “Yo soy muy loca por los juegos. En Venezuela en cambio salgo más y conozco más gente, pero allá (España) conozco menos y no tengo tantas amistades, entonces hago lo que puedo y como muchos dulces”, comenta entre risas.
“De verdad que aunque no conozco mucha gente me he sentido como en casa. Las personas, la comida, el ambiente y el idioma también me han encantado. Espero poder seguir muchos años trabajando allí y consolidar mi carrera en ese pueblo y trabajar para que el deporte en Venezuela sea mayor, sea más bonito y reconocido”, cuenta sobre su vida en Guadalajara, España.
El amor por el deporte
A diferencia de la mayoría de las personas, Yulimar dice asumir los retos como algo superable, no como metas difíciles de alcanzar. Pareciera que su vida es muy sencilla, o así lo hace ver desde sus palabras. Aunque el día a día de una mujer que todos los días debe afilar sus habilidades requiere mucho esfuerzo, especialmente si debes enfrentarte alguien que se se llama Caterine Ibargüen.
“Mi relación con Caterine no es mala, pero tampoco muy buena. Solo nos saludamos para las felicitaciones. Ella es de carácter fuerte, marca su territorio y yo respeto eso, pero tampoco pretendo ‘jalarle’ a ella. Pero sí, la admiro y espero hacer más cosas de las que ha hecho ella y así consolidar mi carrera mejor que ella”, admite.
Los triunfos que ahora saborea solo muestran un poco de lo que, según ella, queda por labrar.
Su próximo reto será en Birmingham, en 2018, donde se llevará a cabo el Campeonato Mundial bajo techo. Ahí, dice, yacen sus próximas victorias; entre ellas, la Liga de Diamante.
“También me preparo para lo que van a ser los Juegos Olímpicos, que estoy segura que voy a tener una gran actuación para Venezuela”, finaliza.
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