Existen dos tipos de personas, las que sudan y las que sudan mucho más, si perteneces a este segundo grupo te interesará conocer porqué siempre estás en esta condiciendo, mientras que los demás están más frescos
Se explicó que existe una variación natural en la cantidad de sudor y lo que es más importante y que muchos se preguntan es qué hacer al respecto si te ocurre. Bueno en primer lugar, la sudoración es la forma en que el cuerpo humano regula la temperatura.
Y es que cuando el sudor se evapora de la piel, lo enfría para no sobrecalentarse. También se suda en lugares como las palmas de las manos como parte de la respuesta automática de tu cuerpo al estrés. Y algunas personas sudan más que otras cuando se activan las glándulas sudoríparas.
Lo que si es cierto es que el sexo, la edad, la condición física o la salud tienen un papel más bien leve para determinar cuánto sudamos. Ya que hasta comer alimentos picantes o beber alcohol o cafeína también puede aumentar los niveles de sudor. Sin embargo, estos factores te hacen sudar solo un poco más.
Si sudas mucho más que otras personas que conoces, incluso cuando no estás haciendo nada que provoque sudor, o la cantidad de sudor ha cambiado drásticamente de repente, o tu sudoración es excesiva hasta el punto en que interfiere en tu vida diaria, es posible que tengas hiperhidrosis.
¿De qué se trata?
Todos tenemos las glándulas sudoríparas hiperactivas en lugares como las axilas, las manos, los pies y la cara y estas tienen la culpa. Pero la causa puede ser más temporal, como ciertos medicamentos, o incluso la menopausia.
También el exceso de sudor puede ser el resultado de otras afecciones médicas como la diabetes o un trastorno de ansiedad. Y es que un estudio de 2004 estimó que aproximadamente el 3% de los adultos padece algún tipo de hiperhidrosis, aunque menos de la mitad han hablado con sus médicos al respecto.
Sin embargo, los médicos son los primeros que probablemente recetarán un antitranspirante más potente, una solución tópica que taponará los conductos de sudor. Además, los medicamentos orales llamados anticolinérgicos funcionan bloqueando la acetilcolina del mensajero químico, evitando que el cuerpo indique la sudoración.
Para atacar con mayor precisión los puntos sudorosos, los médicos también pueden administrar el mismo fármaco a través de la iontoforesis, donde una corriente eléctrica ayuda a conducir la medicación directamente a la piel. De hecho, en ocasiones solo el uso de la corriente eléctrica parece hacer efecto.
Incluso se sabe que la inyección local con botox también puede ayudar, ya que la misma acción paralizante que relaja los músculos faciales puede detener los nervios que provocan la sudoración. Por último, hay cirugías que extirpan las glándulas o los nervios que las activan, pero son controvertidas y alteran permanentemente la capacidad para sudar.
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