Por: Jairo Rafael Alcalá C.N.P : 20.400
Colombia es uno de los Países donde el letal Covid-19, ha llegado creando zozobra en diferentes ciudades, sin embargo a pesar de la crítica situación que atraviesa el País motivado a la pandemia, muchas personas de buen corazón se han convertido en una rayo de esperanza y de aliento para muchos jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Jheferson Cano, es un joven venezolano que sirve a Dios, que emigró a Cúcuta en el año 2017, con su familia, conformada por su esposa, Zoraida Tiapa y sus cuatro hijos varones (dos de los cuales están fuera) donde poco a poco se ha ido estableciendo.
Vale destacar que durante su estadía en la ciudad, Cano ha podido ver la gran necesidad, al notar cómo muchos jóvenes se pierden en el vicio, otros se convierten en delincuentes al no encontrar una mano amiga, que les brinde una oportunidad para convertirse en hombres de bien.
En vista de este panorama desolador, con sus propios recursos y colaboraciones de personas con sensibilidad humana, nuestro entrevistado, recorre las calles de Cúcuta, llevando una palabra de aliento y de esperanza, acompañado de un plato de comida, ropa entre otros enseres, a tantos jóvenes de deambulan por la ciudad fronteriza.
“Mi meta es fundar un hogar de rehabilitación, para albergar a muchos jóvenes y adultos, que no tienen una casa donde vivir, brindarles una instrucción Cristiana, basada en principios morales y espirituales, para así formar familias fundamentadas en las buenas costumbres y por ende una mejor sociedad” Puntualizó Cano.
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El objetivo de este reportaje no es con la intención de vanagloria alguna de la labor social que se realiza, se busca el despertar de las conciencias y unir esfuerzos en beneficio de los más necesitados.
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