Notipascua.-Usain Bolt está tan centrado en su trabajo que en 2012, antes de los Juegos Olímpicos de Londres, dejó a su novia para entrenarse con tranquilidad. El atleta salía desde hacía unos cuatro años con Lubica Slovak, una rubia despampanante que se quedó a las puertas del altar, semanas antes de la cita olímpica.
El jamaicano había revolucionado a su país, que quedó paralizado al ver las fotos de su héroe besando a su novia para celebrar un oro en Pekín en 2008. Rubia y muy blanca, la imagen de Slovak no casaba con la idea que tienen algunos en Jamaica de lo que debe ser la pareja de un negro. Llegaron incluso a acusarle de racista por no buscar a alguien de su misma raza. «De todas la chichas escogiste a una conejita blanca. Esas estrellas siempre decepcionarán si dependemos de ellos para crecer en nuestra identidad racial», llegó a declarar un comentarista de la radio caribeña.
Antes de Slovak, Bolt había tenido una novia camarera y una concursante de un reality jamaicano. Bolt, que es un hombre de mundo, volvió al ataque poco después de dejar a Slovak, y conquistó el corazón de una mulata también espectacular.
Una modelo blanca
Edwards es una modelo británica que ha llegado a desfilar en la pasarela con la equipación de Jamaica. Pero en diciembre de 2013, casi un año después empezar la relación, decidió cortar con el atleta al no querer mantener una relación a distancia. «Le dije que la distancia y el no vernos era un problema suficiente para mí», declaró la joven tras la ruptura. Pocos días antes, Edwards había viajado a Jamaica para conocer a los padres del atleta. Ni el amor ni la belleza podrían convencer a Bolt para abandonar su tierra natal.
Nacido en una familia adinerada, el plusmarquista es un símbolo en Jamaica. Estrella mundial, referente para muchos, Bolt ha logrado volver a poner el atletismo en primera fila. Empezó corriendo los 200 metros, y fue campeón del mundo junior en esa categoría. Entonces, le dijo a su entrenador que quería dedicarse al 100, aunque su entrenador le pedía que intentara hacer 400, una vuelta a la pista, porque es muy alto. Pero esa disciplina requiere un entrenamiento más sofisticado y él no está dispuesto a eso. Es demasiado esfuerzo.
El entrenador le dijo, si bajas de los 10 segundos en 100 metros, entonces le entrenaría. Porque creía que, al ser tan alto, gastaría demasiado tiempo en la salida para ponerse de pie y no conseguirá grandes gestas. Estaba claramente equivocado. Porque el joven Bolt hizo la prueba y le demostró a su entrenador que servía. Poco después lograba el récord del mundo en los Juegos de Pekín.
Entregado a su pasión, Bolt tiene una pista de atletismo en su casa. Quiere seguir siendo una estrella internacional, estatus que logró hace siete años. En su país, sin duda, es el héroe: no en vano esta disciplina es deporte nacional en Jamaica. Allí, los niños corren en el colegio y una carrera escolar puede congregar a miles de espectadores. Entrenan sobre hierba y descalzos, dando un halo mítico al deporte. Y eso a Bolt le gusta, como le gusta el espectáculo.
Un atleta con identidad propia
Siempre celebra sus victorias con ese gesto tan particular que apunta al aire. Tiene su propia identidad. Sus victorias han conseguido que Puma vendiera más que nunca, porque Bolt es su imagen y además de ganar medallas sabe entretener al público. Ha corrido con el príncipe Enrique de Inglaterra y hasta ha ganado a un autobús en Buenos Aires.
Todo por el espectáculo. Y por convertir ese deporte que él tanto ama en algo más allá de las competiciones, como lo son el fútbol y el baloncesto. Con todo, siempre encuentra tiempo para alguna fiesta, en la que suele fumar puros y también ligar. Por ahora no se le conoce nueva novia. Habrá que esperar, quizás, a que algún tabloide británico vuelva a sorprender al mundo. Usain Bolt, mientras, lo hará desde las pistas donde sigue siendo, sin duda alguna, el más rápido de la historia.
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