Al crecer dejamos de lado el continúo compartir con nuestro padres olvidando lo importante de esta actividad, muchos le echamos la culpa a la falta de tiempo pero en realidad debemos apartar un poco para ellos para que así vivan más
Mediante un estudio se comprobó que los hijos que comparten tiempo de calidad junto a sus padres hacen que ellos vivan más. Y es que la crecer e independizarnos dejamos pasarlo con ellos, porque por lo general siempre tenemos cosas que hacer.
Lo importante de compartir con las personas que te dieron la vida te lo explica la ciencia, y es que se ha determinado a través de una investigación hecha en la Universidad de California que las personas mayores de 71 años se sienten vulnerables al dejarlos de lado.
1604 personas participaron durante el estudio donde se les realizó diversas preguntas enfocadas en que si se habían sentido excluidos u olvidados por sus seres queridos, encontrándose con resultados de que el 43 % de las féminas respondieron afirmativamente y un increíble 14 % dijeron que todavía mantienen un vinculo cercano y afectuoso con sus hijos.
Ante estos resultados se encendieron las alarmas puesto que la soledad suele generar diversos problemas de salud, puesto que los científicos le siguieron la pista a los encuestados, encontrándose que luego de 6 años el 23 % de las personas fallecieron debido a esto.
Ansiedad y desolación acorta la vida
De igual forma, mediante una publicación de la revista New York Times se demostró que las personas de la tercera edad hacen más énfasis en mantener una relación personal más que los jóvenes, sin embargo, se ha demostrado a través de años que no siempre es reciproco esas muestras de cariño.
Debido a esto los ancianos comienzan a sufrir de desolación y ansiedad, por lo que su salud comienza a deteriorarse acortando así su vida. Es por esto que el estudio hace hincapié en mejorar las relaciones padres e hijos, de igual forma así sus abuelos.
Es importante recordar que el establecer un vínculo fuerte con las personas de la tercera edad no debe ser una obligación sino todo lo contrario, debe ser desde el corazón para así retribuir un poco el gran amor incondicional que ellos nos brindan, ayudándonos también a aprender de sus experiencias.
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