La situación económica, social y política por la que atraviesa el país ha causado la migración masiva de venezolanos a diversos países del continente, siendo una de las principales opciones Perú
En esta huida la Superintendencia de Migraciones ha especificado que alrededor de 353.000 venezolanos se han dirigido hacia el país peruano, observándose largas colas en la central de Interpol de Lima para así tramitar el Permiso Temporal de Permanencia (PTP).
Este papel ayuda a que los ciudadanos puedan permanecer año trabajando en la entidad de forma legal. Los funcionarios de la Superintendencia informaron que 53.000 venezolanos han obtenido el PTP: un 58% son hombres; un 42%, mujeres y un 10% menores de edad, puesto que 16 mil inmigrantes son niños.
De igual forma, la Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) indicó que desde este mes, el país con mayor cantidad de venezolanos solicitantes de asilo es Perú, con 126.997 peticiones, y Estados Unidos ha pasado a segundo lugar, con 68.270.
Se conoció que el Gobierno peruano comenzó a entregar los PTP en febrero de 2017 ¿Y en qué ayuda? Con él los venezolanos formalizan su permanencia, tienen autorización para trabajar, pueden identificarse ante los servicios de salud y educación, y pagar impuestos.
Se integran como pueden
Según diferentes medidos, en Perú más del 60% de la población trabaja en la economía informal, y a ella se han sumado los venezolanos. Y es que en diferentes calles se pueden observar como la mayoría vende dulces en los autobuses u ofrecen bebidas calientes en las calles.
Es por que algunas congregaciones religiosas se han unido para ofrecer almuerzos a los venezolanos en San Juan de Lurigancho. Al pie del asentamiento de San Pedro, el comedor Sarita Colonia ofrece una sopa, un plato de fondo y refresco por 45 centavos de dólar (1,50 de nuevo sol) de lunes a viernes.
Las autoridades municipales entregan un presupuesto anual a los comedores para que compren parte de los víveres y enseres que necesitan. El voluntariado habilita un local en la comunidad, hacen las compras, preparan los alimentos y administran.
Asimismo en el mismo distrito, el peruano René Cobeñas decidió comenzar con un albergue para venezolanos en un local de su pequeña empresa, a pocos minutos del comedor Sarita Colonia. «Ahora somos casi 200, estamos hacinados», refiere uno de los alojados.
El Servicio Jesuita de Solidaridad es la contraparte de ACNUR en tres ciudades de Perú para atender la oleada de migración venezolana. “Según nuestras cifras, entre 2015 y 2017 se ha incrementado el ingreso de venezolanos en 1.328%. ACNUR señala que la respuesta más positiva (de la población) se ha dado en Perú, pero ya empezamos a ver mensajes xenófobos”, lamentaron.
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