Los mercados también son cultura en Barcelona
La vida de una región nace en sus mercados. Es allí donde crece y se desarrolla su idiosincrasia y autenticidad. Barcelona expone su gastronomía, artesanía, entre otras tantas historias que puedes apreciar en su interior y en sus construcciones. Solo el recorrerlos te permite descubrir en sus fachadas, cimborrios y pórticos que guardan momentos únicos de la evolución del lugar.
La Boquería, un mercado de cultura
Un lugar lleno de tradiciones y modernidad; la perfecta sincronización entre lo local y el gusto por lo extranjero. Aquí mismo es como el mercado de Sant Josep- La Boquería atiende a sus clientes de la zona y a los miles de turistas que lo visitan atraídos por todo lo maravilloso que ofrece. Sus primeros pasos, lo califican como un mercado ambulante del siglo XIII. Desde ese entonces fue presentándose como algo permanente, ya que los comerciantes empezaron a colocar tolditos, luego tienditas. Así es como en 1913, el Ayuntamiento lo convierte en algo propio y construye una fachada y una cubierta bajo la firma inspiradora de Gaudi; básicamente, el mismo aspecto que se conserva hasta ahora. La Boquería es un mercado de productos de calidad, recibe a propios y extraños y les ofrece alimentos esenciales de la dieta local e internacional. De esta forma ha sabido mantenerse en la mejor ubicación convirtiéndose en un punto de interés para quien la visita y desea conocer.
Mercado de Santa Caterina
Conoce a la gente visitando sus mercados. Es así como el mercado de Santa Caterine es una explosión de sabores, aromes y tradiciones. Indiscutiblemente, el mercado oculta su grandiosidad bajo un tejado lleno de ondas y de color. La gastronomía expuesta en hortalizas, frutas, verduras, carnes, aves y pescados; así mismo la exhibición de toda una gama de especies aromáticas que crean un ambiente alegre y familias en el lugar. Solo fue hasta el 2005 que le llegó una remodelación al lugar, donde se respetaron los detalles de su construcción en 1845, en las ruinas de un viejo convento.
Durante su reforma, se mantuvo la inspiración gaudiniana con la influencia de la arquitectura de Miralles-Tagliabue. Por eso fusiona la cubierta con el mercado ofreciendo protección con estructuras de madera, sobresaliendo un aire vanguardista a lo tradicional del mercado de abasto.
Mercado del Ninot
Llamado primeramente “El Porvenir”, el mercado inicia sus labores en 1892, en el municipio de Les Corts; es así como pasado el tiempo, se hizo un lugar de encuentros y de referencia para las familias y turistas y las últimas noticias de la región. Al pasar del tiempo, fue identificado como el mercado del Ninot, porque en su interior había una taberna, que estaba adornada con un “Ninot, que representaba el mascarón de proa de un bergantín del puerto de Barcelona, que lo habían traído desde el puerto, salvado de quemarse. Luego fue llevado al Museo Marítimo de Barcelona.
En cualquier caso todo es debido al éxito que tuvo el Mercado del Ninot, ubicado en el populoso barrio del Eixample y su capacidad de transformarse según las necesidades de las personas que lo visitan. No en balde ha tenido dos grandes remodelaciones; una en 1933,y otra en el 2015. es allí cuando presentó una nueva y dinámica imagen interior. Sus servicios se extendieron hasta llegar al comprador, lo mismo que la instalación de un supermercado y no podía falta la señal abierta de Internet a través de WiFi.
En total, el mercado se ha convertido en un lugar donde pasear comprando es lo más ameno y divertido que puede ser. De esta manera se degusta en sus barras, se saborean sus productos y se disfruta su estadía.
Mercat de Sant Antoni
Otro de los grandes de Barcelona es el mercado de Sant Antoni; sus áreas están bien diferenciadas y divididas en tres partes: un mercado de alimentación, uno de ropas y el tercero de libros. Así es como su historia se remonta desde 1882, hasta nuestros tiempos. Reinaugurado en 2018, luego de 9 años de remodelación.
El mercado de Sant Antoni esta ubicado en una de las salidas naturales de la región, era el paso obligado de caminantes y viajeros, por lo que se formó el paso a Madrid, un conjunto de comercios con diversas mercancías, servicios de hospitales y hasta conventos. Pasado los años se convirtió en el sitio donde había de todo y todos se proveían. Su edificio amparo a toda el flujo de personas que venían a comprar cosas distintas de alimentos.
De esta manera su edificio demostró ser un ejemplo claro de la arquitectura en vías a lo eterno y más moderno; por eso sus estructuras de hierro, la distribución interna de los espacios que simbolizan una cruz griega, cuatro grandes pasillos que se encuentran en una nave central, cobijada por una cúpula octogonal. El ingenio del creador siempre viendo al futuro, por esta razón es llamada como Bien Cultural de Interés Local. La remodelación fue realizada al ser encontrados en su interior restos arqueológicos que nos llevan hasta la Barquino Romana.
La remodelación fue realizada al ser encontrados en su interior restos arqueológicos que nos llevan hasta la Barquino Romana. Por lo menos tiene una concurrencia diaria de 20.000 personas.
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