Las mujeres siempre queremos estar a la moda y es que esto llega hasta a ser parte de nosotros, sin embargo, todavía existen unas que son inmunes a ella y huyen de las tendencias
Acorde al momento que estemos viviendo puede determinar nuestra manera de vestir, y es que hasta nuestro estado de animo hace que nos vistamos diferente. También cuando llegan a nuestras vidas un bebé cambiamos, hasta pensamos en sus prendas y que sobretodo tengan la mejor calidad, que sea cómoda, etc.
Por eso, en cada etapa de nuestras vidas la moda se siente y se vive de manera diferente, porque al igual que evolucionamos como personas, también evoluciona el punto de vista que adoptamos hacia ella y como se realiza nuestra relación con ella, claro, no se trata de renunciar a quiénes somos, sino que el desarrollo y crecimiento personal que vamos sufriendo implica, queramos o no, cambios en todos los sentidos.
A través de los años va evolucionando nuestro concepto de la moda
Cuando somos niños, por norma general, la moda es algo que nos trae más bien sin cuidado y simplemente adoptamos los gustos de nuestros padres, pues ellos eligen aquellos que debemos llevar puesto en cada ocasión.
Pero más tarde, cuando vamos entrando en la adolescencia, ya si nos vamos fijando en aquello que nos gusta, cuál es el estilo con el que nos sentimos identificados, y sobre todo cuál es la mejor fórmula en el vestir para encajar en nuestro grupo de iguales, pues nuestra máxima preocupación en esos momentos es integrarnos.
Es por este motivo principalmente por el que los gustos estéticos cambian mucho durante esta época y hasta llegar a la edad adulta, pues nuestra personalidad aún se está forjando y en esos años nos vemos muy influenciados por factores externos: los amigos, el chico o la chica que nos gusta, las tendencias que siguen nuestros ídolos en YouTube.
En la edad adulta ya sabemos quiénes somos y la imagen que queremos proyectar a los demás, así que nos vestimos en consecuencia y solemos seguir un estilo bien definido. Aun así, también somos conscientes de que no se puede ir vestido de la misma forma al trabajo ya sea como empleado en una oficina o como conductor de un autobús, que no es lo mismo ir al campo, al gimnasio, a la playa o a una boda.
En este sentido, cuando hablamos de bodas, a aquellos que se deciden por dar el paso de casarse, se les plantean algunos obstáculos que salvar, pues la boda debe ser acorde a los gustos estéticos de ambos componentes de la pareja. Esto que en un principio puede parecer banal, puede traer verdaderos quebraderos de cabeza.
La toma de todas estas decisiones hace que, en ocasiones, todos los preparativos de la boda no sean para nada una tarea fácil, sino que suelen ser bastante estresantes. Pero al final, en el día del sí quiero, cuando hayáis conseguido celebrar la boda que os satisfaga a ambos, todos los esfuerzos habrán valido la pena y siempre tendréis el viaje de novios para relajaros.
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