Con nuevas condiciones y nuevos actores de interlocución
Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y jefe de la delegación de Nicolás Maduro en las conversaciones con la oposición en México, ha declarado que la revolución bolivariana está lista para retomar el proceso de diálogo político con la oposición, suspendido a finales del año pasado luego de la captura de Alex Saab. Eso sí, con nuevas condiciones y nuevos actores de interlocución, entre los que podían estar los opositores cercanos al gobierno nacional.
Rodríguez ha ofrecido una nueva interpretación con lo que, a su juicio, deben ser los elementos constitutivos del diálogo. Argumentó que este proceso “debe ser inclusivo”, es decir, “que todos los sectores del campo social y económico, la sociedad civil, los académicos, los profesionales, los cultores populares, los empresarios, podamos estar representados en el”. Y comentó, además, que los llamados a diálogo “deben interpretar las actuales circunstancias históricas del país y el actual mapa político de la nación”, motivo por el cual, “pensamos que todas las facciones de la oposición, y no sólo una de ellas, debe participar en este proceso.”
Después del comentado acercamiento de Caracas con altos funcionarios de la Casa Blanca, Rodríguez invocó las palabras de Maduro en torno a la necesidad de “reformatear” el proceso de diálogo nacional, con el objeto de ampliar el espectro de las consultas con todo el país y fortalecer su contenido. Además, dijo que el Gobierno emprenderá esa tarea de inmediato. El dirigente compareció ante la prensa en el Palacio Federal Legislativo a la salida de una reunión de la denominada Comisión Especial para el Diálogo, la Paz y la Reconciliación Nacional, creada el año pasado, en la cual participan también sectores disidentes minoritarios cercanos al gobierno, presentes en el Parlamento actual con sus bancadas, y que acompañaron a Rodríguez en la alocución.
“Venezuela es en este momento un país que está completamente en paz”, dijo Rodríguez, al comentar en que en las celebradas elecciones de gobernadores y alcaldes del pasado mes de diciembre “participaron absolutamente todas las fuerzas políticas que existen en Venezuela.” Miraflores se propone abrir varios frentes para ejercer la interlocución política y procurar fortalecer su posición externa y su autoridad interna, muy cuestionada por amplias capas de la población en los tormentosos procesos de protestas callejeras y conflictividad del tiempo reciente, reseña El País.
La pequeña mejora en la situación económica del país ha permitido a Maduro recuperar algunos números de apoyo en las encuestas. Maduro procura debilitar aún más la plataforma de Juan Guaidó, su principal enemigo, el líder de la oposición y al que más de medio centenar de países reconocieron como presidente interino a principios de 2019. Para ello intenta aprovecharse de las grietas entre los partidos opositores.
Con información de El País
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