Asaltos armados, amenazas, ausencia policial y otros malos acechan diariamente a quienes utilizan el sistema de transporte masivo para trasladarse a sus hogares y trabajos.
05 de Mayo del 2016.
Grupo Notipascua.-
Las 7:30 de la mañana en la estación Plaza Venezuela del Metro del Caracas. En el andén con dirección Palo Verde se escucha la voz de un joven gritando: «Mi celular. Me robaron». Con diferentes protagonistas y victimarios esta situación se repite a diario en uno de los puntos más concurrido del sistema subterráneo capitalino.
La afluencia de pasajeros se suma a la falta de vigilancia policia e interna de la empresa para convertirse en la oportunidad que no desaprovechan los delincuentes. Armados con pistolas, cuchillos, botellas o hasta con simples amenazas han hecho del Metro de Caracas un lugar tomado por el hampa.
Mañana, tarde y noche son peligrosas en el subterráneo. Para disminuir las posibilidades de ser víctima de la delincuencia, los usuarios toman medidas individuales como llevar los bolsos en la parte delantera, abordar el primer vagón (por la cercanía con los operadores) y tener un celular secundario a la vista.
El equipo de El Nacional Web contactó vía telefónica y por correo electrónico al departamento de prensa del Metro de Caracas para obtener información y estadísticas sobre los delitos ocurrido en el sistema. Un mes después la respuesta nunca llegó y solo se pudo trabajar con la información recopilada mediante denuncias y testimonios de periodistas, tuiteros y usuarios del sistema entrevistados de manera anónima.
Modus Operandi más utilizados
– El rodeo: Esta técnica ha sido denunciada a través del Twitter y es fácil de observar en las estaciones más congestionadas como Plaza Venezuela, Capitolio, Chacaito, Chacao y otras. Al momento de ingresar al vagón la persona es estratégicamente rodeada por grupos de 3 o 4 personas que parecen no conocerse entre sí. Uno extrae el celular o billetera del bolsillo de la víctima y se lo pasa a una segunda persona mientras el resto de los hampones generan una distracción o señalan como posible responsable a un inocente (solo en caso de que el robo haya sido notado). Segundos antes de que las puertas se cierren los delincuentes salen al andén.
Emboscada: Se divide en dos modalidades (A la fuerza o desapercibido). Uno de los casos fue relatado por un periodista que fue interceptado por cuatro sujetos en las escaleras mecánicas de la estación Miranda -Salida hacia Parque Cristal – cuando al verse rodeado y amenazado entregó sus pertenencias. A pesar de no oponer resistencia resultó herido de una puñalada en el brazo. La herida fue superficial y al solicitar ayuda a los trabajadores de la estación obtuvo como respuesta: “Te voy a hablar claro mi pana. Acá no tenemos con qué ayudarte».
En el segundo tipo de robo los delincuentes generan una distracción en las escaleras que genera una aglomeración imprevista de personas. El momento es aprovechado para sustraer las pertenencias de quien quede atrapado en la muchedumbre.
El arrebatón: La forma menos violenta de robos en el subterráneo también ha generado enfrentamientos directos entre víctima y victimario. Puede ocurrir en el andén o dentro del vagón. Los antisociales detectan a quienes tengan en sus manos teléfonos celulares, iPods o aparatos de valor. Cuando suena la alarma que indica el cierre de puertas arrebatan su objetivo de las manos de algún incauto y emprenden la huida.
El abrazo: Utilizada en las áreas de las estaciones más amplias y solitarias, entre ella la transferencia de Capitolio/El Silencio hacia la línea 2. Dos sujetos abrazan por los hombros a su víctima mientras la amenazan por la cintura con algún arma. Quienes pasan por el lugar sólo ven a tres típicos amigos caminando abrazados cuando en realidad ocurre un delito.
Robo masivo: Algunos casos han sido confirmados a través de vídeos captados con celulares -ante la falta de información oficial- y difundidos en las redes sociales. Grupos de más de seis personas abordan un vagón y mediante amenazas y golpes asaltan a todos los pasajeros.
Entre los factores que facilitan la labor del hampa en este sistema de transporte masivo destacan:
– Escasa presencia policial: Muchas de las estaciones del Metro de Caracas no cuentan con funcionarios de los cuerpos de seguridad que resguarden las instalaciones. Las que lo tienen -como Plaza Venezuela- tienen una respuesta lenta que permite que los ladrones escapen varios minutos antes de que aparezca un uniformador.
– Estaciones “abandonadas»: Las salidas de muchas estaciones como Colegio de Ingenieros, Nuevo Circo, Miranda y Teatros están lejos de las casillas de información. Se puede caminar más de 5 minutos sin encontrar a ningún trabajador del Metro de Caracas. En algunos casos la caseta de información y venta de boletos de uno de los accesos no tiene personal (Los Cortijos, Miranda, Los Dos Caminos).
Falta de denuncias: La impunidad en los delitos ocurridos en la calle también se ve en el subterráneo. Las víctimas prefieren tuitear lo ocurrido que presentar una denuncia formal al estar convencidos de que no tendrán una respuesta satisfactoria.
Si has sido víctima de algún delito en el Metro de Caracas envíanos tu historia para conocer las nuevas formas en las cuales opera el hampa bajo tierra.
El Nacional.
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