15 de noviembre del 2016
Notipascua.- La Federación Internacional de Diabetes (FID) señaló en su reporte 2015 que actualmente por primera vez, se estima que hay más de medio millón de niños menores de 14 años con diabetes tipo 1 y que existen 415 millones de adultos entre 20 y 79 años con diabetes en el mundo, de los cuales 193 millones están sin diagnosticar. Para Sara Brito, jefa del departamento de Endocrinología del Hospital Militar, estas cifras son preocupantes.
La especialista advirtió sobre la magnitud de este flagelo, en el marco del Día Internacional de la Diabetes, que se conmemora el 14 de noviembre. Agregó que hay 318 millones de habitantes con tolerancia a la glucosa alterada, lo que “les coloca en alto riesgo de desarrollar la enfermedad. Para finales de este año, la diabetes habrá causado cinco millones de decesos”.
La doctora Brito señaló que la diabetes tipo 2 es el tipo de diabetes más común, y ha aumentado junto a los cambios culturales y sociales. En los países de renta alta hasta un 91% de adultos con la enfermedad tienen diabetes tipo 2. Dijo que, en el caso de Suramérica y Centroamérica se estima que 29,6 millones de la población adulta tienen diabetes en 2015.
“La diabetes es una de las mayores emergencias mundiales de salud del siglo XXI. Es una enfermedad silenciosa, crónica, no trasmisible, progresiva, asociada a graves complicaciones a largo plazo”, resaltó la Dra. Brito.
Diagnóstico temprano y prevención
La diabetes tipo 2 es una patología donde juega un papel importante la etnicidad y el historial familiar de diabetes, pero son el sobrepeso, la inactividad física y una nutrición inapropiada los factores de riesgo más importantes que desencadenan su aparición, por lo que es factible prevenir o retardar su presentación a través de modificaciones del estilo de vida.
La diabetes es, además, una enfermedad silenciosa que se empieza a desarrollar muchas veces sin que la persona se dé cuenta. Luego del comienzo de la enfermedad, dependiendo del caso, se pueden presentar algunas complicaciones como neuropatía (daño en los nervios) nefropatía (enfermedad de los riñones) y retinopatía (daño en los ojos).
Insulinización en pocas palabras
La insulina es una hormona de gran relevancia para el control metabólico del individuo. Cuando falta o el cuerpo genera resistencia se asocia a la aparición de la diabetes mellitus, y en ese caso los médicos pueden indicar una terapia de reemplazo de insulina que ayudarán a los pacientes en sus metas establecidas y así eviten la aparición de complicaciones a largo plazo.
La insulina es de aplicación inmediata y de por vida en pacientes que presentan la diabetes tipo 1, donde el déficit de insulina suele ser absoluto. En diabetes tipo 2 la presencia de un estado catabólico o el fracaso en el tratamiento con antidiabéticos orales lleva también al uso de insulina. También se usa transitoriamente en mujeres que presentan diabetes gestacional o personas con enfermedades graves en áreas de hospitalización o en cuidados intensivos.
“La insulinización temprana es la administración de la hormona a través de inyecciones a pacientes con diabetes tipo 2, antes de que se presenten las complicaciones de la enfermedad, en combinación o no con antidiabéticos orales” esto con el fin de intensificar el tratamiento y disminuir las complicaciones crónicas.
En Venezuela se cuenta con varios tipos de insulina, están la denominada insulina NPH, la insulina cristalina y los análogos de insulina, que son los más modernos y pueden ser tanto de acción rápida (asociados a las comidas) como de acción prolongada, llamados basales, que brindan un control sostenido por casi 24 horas.
La doctora Brito agregó que los análogos son considerados los mejor tolerados e ideales para cualquier persona porque tienen un perfil farmacológico sin picos, lo que evita eventos hipoglicémicos, especialmente los de tipo nocturno. Además, son más fisiológicos al tener la propiedad de actuar rápidamente en el momento de las comidas del paciente o lentamente durante todo el día.
Si se usan de forma correcta, los análogos permitirán 40% menor ganancia de peso y 65% de reducción de hipoglucemias nocturnas.
“Es bueno tener presente que el control del paciente diabético no se resume en una cifra de glicemia, es en realidad el control de los factores de riesgo cardiovascular, la educación diabetológica, los cambios favorables en el estilo de vida y un apego estricto a la medicación junto con controles en consulta y el automonitoreo de la glicemia. Esos factores son los que garantizan que los medicamentos estén llevando al paciente a su meta terapéutica”, finalizó Brito.
Fuente: Panorama
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