Los síntomas de la fibrosis pulmonar pueden confundirse con facilidad con otras enfermedades
La fibrosis pulmonar se define como una enfermedad en la que cicatrices en los pulmones complican la respiración. Esas cicatrices son producto de trastornos pulmonares en los que los tejidos de estos órganos se inflaman y dañan.
Esas cicatrices que son tejidos que se vuelven gruesos y endurecidos dificultan el funcionamiento normal de los pulmones y por eso con el avance de la enfermedad se va dificultando la respiración. Las cicatrices pueden formarse por diferentes causas, por lo que hay muchos tipos de fibrosis pulmonar, siendo el más común la idiopática, que no tiene una causa conocida en particular.
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De acuerdo con la American Lung Association, enfocada en el tratamiento y la prevención de enfermedades pulmonares, empeora con el tiempo y, si bien en algunos pacientes puede avanzar con rapidez, en otros permanece estable largos periodos de tiempo.
Dado que no es una enfermedad sobre la que se pueda pronosticar con exactitud, lo que recomiendan los expertos para prevenirla y controlarla es mantenerse activo y saludable, y recurrir a un médico de ser necesario por cualquier anomalía.
Los síntomas de la fibrosis pulmonar pueden confundirse con facilidad con otras enfermedades que se presentan en estos órganos. En todo caso, si se presentan algunas de estas alteraciones de manera persistente, sin que se note una mejoría, lo más aconsejable es consultar con un profesional de la salud.
Entre los signos en el organismo que se relacionan con la fibrosis pulmonar, se cuentan dificultad para respirar, tos seca, fatiga especialmente cuando se realiza actividad física, pérdida de peso sin causa aparente, dolor en los músculos y en las articulaciones, inusual agrandamiento, y turgencia de las puntas de los dedos de las manos y de los pies.
Este inusual deterioro en los pulmones puede ser originado por una variedad de factores, entre ellos la exposición por largos periodos de tiempo a ciertas toxinas, otras enfermedades, radioterapia y algunos medicamentos, según explica el sitio web de la Mayo Clinic.
Estar expuesto, por ejemplo, a toxinas como fibras de asbesto, polvo de carbón, metales duros o granos y excremento de animales pueden causar daño en los pulmones.
En quienes han recibido tratamiento de radioterapia, por padecer algún tipo de cáncer, por ejemplo, se puede presentar deterioro pulmonar, que puede manifestarse mucho tiempo después de recibir el tratamiento.
Hay también medicamentos que pueden causar ese daño en los pulmones, como algunos de los usados en quimioterapia, o algunos para tratar el corazón y ciertos antibióticos y antiinflamatorios.
Por otro lado están las enfermedades que pueden estar relacionadas con la fibrosis pulmonar, entre las que se cuentan dermatomiositis, polimiositis, lupus, artritis reumatoide, sarcoidosis, esclerodermia y neumonía, entre otras.
Aunque no hay forma de eliminar las cicatrices que aparecen en los pulmones a causa de la enfermedad, y por ahora no existe una cura para detener su avance, se tratan sus síntomas y se busca retrasar su progreso para brindarle al paciente una mejor calidad de vida.
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Así, un médico puede recetar medicamentos para retrasar el progreso de la enfermedad o aliviar sus síntomas. Además, sugerir terapia de oxígeno para permitirle al paciente llevar una vida activa o rehabilitación pulmonar, que se consigue mediante la práctica de ciertos ejercicios.
En ciertos casos de gravedad, después de una evaluación médica, incluso puede optarse por sugerir un trasplante de pulmón.
Con información de Semana
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