Notipascua.- A las 7:45 de la mañana del martes 28 de septiembre de 1993, el tráfico vehicular presentaba contratiempos en la Autopista Regional del Centro porque se asfaltaban algunos tramos y se había producido un choque de vehículos sentido Caracas-Valencia, cuando la máquina retroexcavadora de la empresa española Abengoa que instalaba cables de fibra óptica para la CANTV mordió la tierra con un chicurazo infernal y un enorme soplete de proporciones gigantescas emergió de la orilla de la vía calcinando a los usuarios que se encontraban en las proximidades del kilómetro 57 frente a Las Tejerías.
Cuando la máquina rastrilló con fuerza al gasoducto se produjo la explosión y posteriormente se incendió con tal violencia que la onda expansiva pudo sentirse en un área de 200 metros y las llamaradas se alzaron por unos 50 metros de altura hasta que la presión fue controlada. En el sitio, se encontraron cadáveres que fueron expulsados por la onda expansiva a varios metros de la autopista y el chofer de la retroexcavadora y causante directo del desastre salvó su vida porque la explosión lo arrojó unos 30 metros fuera de la zona de la tragedia.
La enorme lengua de fuego vivo cubrió la autopista y calcinó familias completas en los carros y algunos autobuses quedaron derretidos. Se habló de 58 víctimas fatales y 70 personas heridas, sin embargo nunca se sabrá con certeza el número de muertos que podrían superar el centenar. Los testigos presenciales llamaron por los números de emergencia y al poco tiempo llegaron los rescatistas, bomberos y guardias nacionales, quienes sentían que las suelas de las botas se deshacían por el intenso calor que permanecía en el asfalto, cuestión que dificultó el rescate de las personas heridas y asfixiadas después de los primeros minutos, además de la congestión causada por los metales retorcidos que obstaculizaban la entrada de las ambulancias.
Los temores volvieron a los aterrados usuarios de la autopista cuando advirtieron la cercanía de una estación de gasolina en las adyacencias, que afortunadamente no sufrió daños ni representó un peligro que se añadiera a la zona de contingencia. La movilización periodística fue inmediata.
La responsabilidad social
Los familiares de las víctimas agrupados en la Fundación 28 de Septiembre exigieron justicia ante la Corte Suprema de Justicia -lo que es hoy en día el Tribunal Supremo de Justicia- para que las empresas involucradas asumieran su responsabilidad, entre ellas la entonces privatizada CANTV y las subsidiarias de sus accionistas AT&T Andina, Telefónica de España y Abengoa, además de Corpoven , Ministerio de Transporte y Comunicaciones, Guardia Nacional de Venezuela e INVIALTA, de la Gobernación del estado Aragua, quienes debían tener el control y prevención de los trabajos que se ejecutaban en la Autopista Regional del Centro.
Las acciones legales comenzaron con una demanda en Estados Unidos contra la AT&T, empresa norteamericana de telecomunicaciones que contrató a Abengoa, pero la corte de Georgia declaró el caso “sin lugar” y lo remitió a Venezuela, por lo cual la Fundación 28 de Septiembre introdujo una demanda el 27 de octubre del 2003 ante el juzgado 3° de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil bajo la tutela de la jueza Lisbeth Segovia.
No hubo justicia
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) determinó el 14 de mayo de 2004 que los únicos culpables eran los operarios de la retroexcavadora y condenó a 12 años de prisión a Henry Prada y Reyes Camache, quienes salieron en libertad el 11 de mayo de 2005. Sin embargo, el 6 de junio de 2006, el TSJ sancionó a la empresa Elinsa -sucesora de Abengoa Venezuela-, a pagar 86.125.231,46 bolívares por concepto de indemnización a la infraestructura de PDVSA Gas, ex Corpoven.
El juez, Mario Popoli dictó 25 autos de detención, los cuales fueron revocados por la jueza suplente Ligia Uzcátegui , asistida en Nueva Esparta por el ex-magistrado Román Duque Corredor, hermano de Luis Enrique Duque Corredor, para entonces Gerente de Corpoven, empresa encargada de la distribución gasífera. Las víctimas quedaron sin justicia y los familiares sin una satisfacción, al menos para que nunca más volviera a repetirse un desastre de tal magnitud.
Testimonio
Alcides Martínez, alcalde del municipio Santos Michelena comentó que a raíz de la tragedia ocurrida en el kilómetro 57 de la Autopista Regional del Centro (ARC), han tomado mayores previsiones y precauciones en Las Tejerías a la hora de romper las calles para instalación de nuevas tuberías o cables de electricidad o fibra óptica.
“Hace cuatro meses hicimos un trabajo en la zona industrial de Las Tejerías, donde tuvimos que perforar las calles para ejecutar nuestras labores, y lo primero que hicimos fue llamar a Pdvsa Gas para que inspeccionara y nos garantizara que no iba haber ningún tipo de contratiempo”, dijo el alcalde del municipio Santos Michelena, en referencia a que manejan con mayor prudencia los trabajos que ameritan la perforación de calles y terrenos.
Martínez, recordó que el 28 de septiembre de 1993 era un vecino de las comunidades cercanas a la ARC, mencionó que fue un episodio el cual hubo mucha tensión, escepticismo debido que ya se conocía que habían personas que habían fallecido a raíz de la grades llamaradas que se produjo luego que una retroexcavadora rompiera una tubería de gas.
“Debe haber una mayor interacción y una mejor comunicación entre el Gobierno nacional, estadal y municipal, la Alcaldía de Santos Michelena no tuvo conocimiento de la ejecución de la obra que estaba realizando la empresa española”, dijo el Alcalde, quien a su juicio el error técnico se pudo haber evitado.
De igual manera, Alcides Martínez aprovechó la oportunidad para enviarles un mensaje de apoyo y condolencia a los familiares de las víctimas y a las personas que lograron sobrevivir, en el marco de la celebración de los 22 años del trágico suceso ocurrido en la ARC.
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