Notipascua.-Empresario de los casinos, Donald Trump realizó anoche -madrugada de hoy en España- un doble o nada en el primer debate presidencial republicano. El controvertido empresario, que lidera las encuestas frente a políticos mucho más consolidados, arrancó el debate negándose a rechazar la posibilidad de que organice su propio partido si no es elegido candidato a la Casa Blanca.
Es una afirmación de peso, porque en la Historia de EEUU los terceros partidos no hacen que nadie gane las elecciones, sino que las pierda. Theodore Roosevelt entregó en 1912 la Casa Blanca a los demócratas tras una década con ésta controlada por los republicanos cuando fundó el Partido Progresista, coloquialmente conocido como ‘el Partido del Alce Macho’. Ross Perot hizo lo propio en 1992, cuando su Partido de la Reforma logró el 19% del voto e impidió la reelección de George Bush ‘padre’, que perdió frente a Bill Clinton. Incuso el 4% sacado por los Verdes de Ralph Nader -una versión de izquierdas de los demócratas- en 2000 fue clave para que Al Gore no fuera elegido frente a George W. Bush ese año.
Eso mismo pasaría con Trump. Las encuestas revelan que en unas hipotéticas elecciones generales que se celebraran ahora mismo. Hillary Clinton ganaría a Jeb Bush -el republicano mejor situado- por cuatro puntos. Pero si Trump se presentara con su propio partido, la diferencia a favor de la ex secretaria de Estado ascendería a 16 puntos.
Por ello, el anuncio de Trump no sentó bien a las bases republicanas. Según los primeros sondeos llevados a cabo por la cadena de televisión Fox News, que junto con la red social Facebook organizaba el debate, la posibilidad de que Trump lance su propio partido hundió su popularidad, siquiera momentáneamente. Al margen de ello, el líder en las encuestas no fue capaz de sustanciar algunas de sus afirmaciones más egregias, como la de que el Gobierno mexicano está enviando intencionalmente ilegales a EEUU. Trump se limitó a atacar a China y a México, y a marcarse algunos puntos, como cuando afirmó que “no tengo tiempo para ser políticamente correcto; este país no tiene tiempo para ser políticamente correcto”.
Fuente: El Mundo de España
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