Dani Pedrosa dejará la competición al final de esta temporada después de una carrera mayúscula a la que solo le ha faltado un título de MotoGP, por lo que en su la última carrera será nombrado leyenda del Mundial de motociclismo
Mediante rueda de prensa Pedrosa anunció su retiro para el año que viene, donde además manifestó estar nervioso por dar la noticia. El español de 32 años en su última carrera en Valencia, será nombrado leyenda del Mundial de motociclismo.
Por lo que expresó que “la idea hace mucho tiempo que me viene rondando, me he dado cuenta de que ya no vivo las carreras con la misma intensidad con que solía hacerlo. Ahora tengo otras prioridades (…) He vivido momentos increíbles en las carreras”.
Este anuncio no toma por sorpresa a nadie después de que hace aproximadamente un mes Honda Racing Corporation (HRC) le comunicara que no seguiría ligado a la casa que le ha acompañado los 18 años que lleva en el Mundial de motociclismo, pues el catalán siempre pilotó una Honda, también en 125cc y en 250cc.
De esos 18, los 13 años que ha sido piloto en MotoGP en el equipo oficial patrocinado por Repsol.
El conocer además que su sustituto por los próximos dos años sería Jorge Lorenzo, un piloto de su misma generación dejó muy dolido a un corredor que ya había comenzado mal la temporada. Poco afortunado en las caídas, como lo ha sido toda su carrera Pedrosa apenas pudo disputar el primer gran premio de este año, en Qatar, en plena forma.
Por lo que en la segunda carrera se fracturó el radio —después de que Zarco le tocara y le sacara de la pista— y todavía no se había recuperado cuando, en otro accidente —múltiple este, y en el que tuvo la mínima responsabilidad— se lastimó la cadera.
Ya no sentía la misma emoción al correr
Así, decepcionado con la vara de medir de dirección de carrera, pues tampoco encontraba buenas sensaciones con la moto, el deportista catalán no ha encontrado la motivación para seguir compitiendo. “Sentía que debía ser honesto conmigo mismo, con mi forma de entender las carreras y la vida. Las vivo al mil por mil”, concedía.
Finalmente, a Pedrosa no le ha convencido la opción de recalar en un equipo satélite de nuevo cuño —la estructura del Sepang International Circuit (SIC), con el patrocinio de un gigante como Petronas, está montando un equipo para el 2019— por mucho que aquello implicara montarse en una Yamaha, pero cambiar de montura a los 33 años y hacerlo, además, con una máquina que estaría lejos de la M1 de Rossi no le atrajo lo suficiente.
Las personas más cercanas lamentan que semejante talento no haya podido triunfar como le tocaba, ya que siempre aspiró a ser una vez campeón de MotoGP. Ese ha sido su objetivo, la causa de que volviera a levantarse cada vez.
Cansado de competir más que de disfrutar, Dani quiso emular en su lado del box el buen ambiente que veía en el garaje de Márquez. Gibernau le hizo creer que era primordial reír para ser competitivo –“Un piloto feliz es un piloto rápido”, le decía–, pero aquello funcionó a medias.
Pedrosa es feliz cuando gana y este año todavía no lo ha hecho, le quedan 11 carreras para sonreír como y cuando mejor sabe: en el podio. “Intentaré volver. Llevó aquí desde los 15 años. Seguro que habrá algo que pueda hacer”, finalizó diciendo.
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