Antes de iniciar la temporada de Grandes Ligas, Brusdar Graterol, vivió un momento de angustia al no saber con qué equipo jugaría luego de los Mellizos de Minnesota lo dejaran libre, todo parecía indicar que su destino en la ciudad de Boston, pero no fue así, llegó a los Ángeles, y seguramente por su mente nunca pasó que en esta temporada 2020 sería campeón de la Serie Mundial con los Dodgers en una serie final que terminó 4-2 ante Tampa Bay.
El calaboceño de 22 años terminó siendo el único criollo presente en el Clásico de Otoño obteniendo la confianza del manager, convirtiéndose en una pieza dentro del picheo relevista, ha sumado su primer anillo de campeonato y siendo parte fundamental para esa gran hazaña que desde hace 32 años no alcanzaba el equipo del estado de California.
Su primer partido en la Serie Mundial, en el tercer duelo, retiró a los tres bateadores que enfrentó sin ningún problema (dos rodados y un elevado), y lo extraordinario es lo siguiente: seis de esos pitcheos superaron las 100 mph, dos lanzamientos marcaron 102 mph y según cronistas del beisbol es la mayor velocidad en Clásicos de otoño desde que Aroldis Chapman en el 2016 registró 103. 2 mph; Aunque Graterol no solo tiene como carta de presentación su recta y sinker que son realmente de otro nivel, cuenta también con una gran slider, por eso el futuro de este guariqueño es prometedor.
En la postemporada sumó un rescate, 7,2 inning lanzados y 3.52 de efectividad, en las breves palabras que concedió en plena celebración le dedicó este logro a su país y al pueblo que lo vio nacer: Calabozo. Felicidades muchacho.
Por Sibci Guárico
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