Notipascua.-El jamaicano Usain Bolt desmintió a los escépticos al retener su título de campeón mundial de 100 metros con su mejor marca del año (9.79), batiendo por una sola centésima al hombre más rápido de las dos últimas temporadas, el estadounidense Justin Gatlin, que partía como favorito.
El «One love» de Bob Marley volvió a sonar en el estadio pequinés, como siete años atrás en los Juegos Olímpicos, en honor del rey de la velocidad mundial, campeón olímpico y plusmarquista mundial de 100 y 200, que por enésima vez supo estar a punto en el momento preciso.
El rostro serio, reconcentrado de Bolt denotaba preocupación antes de afirmarse en los tacos de salida para librar con Gatlin la batalla más esperada de los Mundiales. La sonrisa tantas veces luminosa del jamaicano apenas era una mueca. No las tenía todas consigo.
A juzgar por sus marcas del año -Gatlin líder con 9.74, Bolt sexto con 9.87-, la final tenía un ganador casi cantado, sobre todo después de la pobre actuación y la pésima salida del jamaicano en la primera semifinal. Por momentos se temió incluso su eliminación, pero terminó ganando la serie con 9.96, el mismo tiempo que el canadiense Andre de Grasse.
Bolt ganó su serie con 9.96. Gatlin, en cambio, hizo 9.77 Bolt se enfrentaba al reto más complicado de su carrera desde que se erigió en la máxima estrella del atletismo, pero en el pasado ya se había visto en situaciones similares y siempre supo estar a punto en el momento justo.
Hace dos años, por ejemplo, una sombra de duda viajó con Bolt a los Mundiales de Moscú. Dos meses antes, en Roma, fue derrotado por Gatlin. Por una sola centésima, pero el norteamericano pudo presumir de ser el primero que batía al jamaicano en un año. Sin embargo, nadie inquietó a Bolt en la final mundialista: batió por 8 centésimas a Gatlin, que había tomado la delantera al principio.
Otro precedente. En 2012, Bolt se presentó en los Juegos de Londres con dos derrotas, esta vez ante su compatriota Yohan Blake en los campeonatos nacionales, tanto en 100 como en 200, y en la hora suprema revalidó su triplete olímpico de Pekín.
Las semifinales no dejaron este domingo ninguna víctima ilustre por el camino. Los favoritos estaban citados para dirimir la madre de todas las batallas en una final de 9, ya que los jueces habían metido a los tres empatados en 9.99 segundos.
Gatlin cavó, probablemente, su tumba en los tacos de salida. Tardó 165 milésimas en abandonarlos, más lento que el propio Bolt (159), que no se significa precisamente por sus rápidos despegues. La enorme fortaleza mental de Bolt hizo el resto.
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