Los ojos son especialmente afectados, específicamente la retina, ya que sufre de la afección retinopatía diabética que perjudica los vasos sanguíneos. Uno de los principales síntomas es la inflamación de la mácula, la microaneurisma y la microhemorragia, dificultando así el leer y observar a detalle las cosas.

De igual forma, si no se controla a tiempo la diabetes el ojo llega a crear nuevos vasos que le suministren sangre, pero no son normales, es decir, no brindan el suficiente flujo sanguíneo. Cabe resaltar que estos síntomas son característicos si el paciente padece de diabetes tipo 1 o tipo 2.

La tipo 1 afecta directamente el sistema inmunológico y la de tipo 2 puede llegar a originarse en cualquier momento de la vida del paciente y se encuentra ligada principalmente a los malos hábitos de alimentación y el estilo de vida, pero lo importante es que cualquiera de las dos pueden ser tratadas.

Cumplir correctamente con el tratamiento

En este sentido, los especialistas consideran que el mejor tratamiento para esta enfermedad es una cirugía, la primera es una fotocuagulación con láser con la cual se destruya las estructuras anormales de la retina y la segunda es la vitrectomía, con esta se extrae el vítreo que es el gel transparente que rellena la cavidad ocular para mejorar así la visión.

Asimismo se encuentran medicinas que son inyectadas intrevítreas, es decir, dentro del ojo, con las que se puede prevenir la formación de los vasos anormales. Sin embargo, cabe resaltar que si los pacientes se realizan un chequeo continúo y sigue el tratamiento correctamente se reversarán las afecciones considerablemente.

Y es que al menos un 5 % de los diabéticos puede desarrollar una grave perdida de la visión. Para que esto no suceda pueden visitar regularmente al endocrino, así como hacer exámenes para examinar sus niveles de azúcar puede llegar a tener una vida sin complicaciones. Para prevenir las afecciones se recomienda tener una dieta balanceada, hacer ejercicio frecuentemente y evitar bebidas alcohólicas.