La lactancia materna es una bella etapa, sin embargo le genera muchas dudas a las madres. De seguro que escucharás una gran cantidad de mitos e historias relacionadas con ella, pero detente la mayoría son falsas
Antes de iniciar el tema es importante resaltar que lo único que puede medir tu lactancia es que esta sea a demanda, es decir, que cada vez que tu bebé lo requiera tu le concedas tu pecho. De acuerdo a estudios se conoció que los senos producen más leche que la que el niño necesita y esto es para que nunca le falte, además la misma se regula acorde a la cantidad que va ingiriendo.
A pesar que muchas madres tienen duda sobre la lactancia exclusiva debes tomar en cuenta que mientras las tomas sean a demanda y tu bebé se encuentre entre el peso normal acorde a su edad debes estar tranquila. Muchas lo ven como agotador puesto que la leche materna se digiere más rápido que una formula, ya que en menos de dos horas los bebés están llorando por comida, pero recuerda esto sigue siendo lo más saludable.
Por otra parte es muy común el sentir sed mientras se esté amantando y es que esto se debe a lo oxitocina, que es un hormona que estimula la expulsión de la leche. Es por eso que las madres siempre deben beber el agua que necesiten, a pesar que esto no quiera decir que la cantidad de leche aumente ni que salga más líquida, sino que así te mantienes hidratada y saludable.
Otro mito muy fuerte es que si se bebe cerveza está te ayudará a producir más, puesto esto no está comprobado, sin embargo no resulta mentira que esta bebida puede estimular la prolactina, hormona responsable de la subida de la leche, pero hasta que no exista algo que lo sustente sigue siendo un mito que sigue asechando a las nuevas madres.
De igual forma, el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría en su portal recomienda el “no beber alcohol al menos durante los primeros tres meses de lactancia y una vez pasado este tiempo beber solo en cantidades pequeñas, esporádicas y alejadas de las tomas”.
Por otro lado, también existe la falsa profecía de que la producción de leche dependerá de lo qué comamos o no, es decir, de la dieta materna, pero no es así esto será de la demanda del pequeño. Y es que no es necesario consumir ciertos alimentos que se los tilde de productores de leche, tales como avellanas o sardinas. Claro puedes alimentarte con ellos pero estos no harán que te salga más leche de la que necesitas.
¿El estrés reduce la cantidad de leche?
Aunque es cierto que una molestia muy grande produce adrenalina y cortisol en grandes cantidades, haciendo que la producción de oxitocina disminuya, pero en el pecho seguirá habiendo la misma cantidad de leche que antes del susto.
Lo que sí puede ocurrir es que no salga con tanta facilidad haciendo que el pequeño se moleste y llore por hambre, pero tranquila que este proceso será solo por un corto tiempo puesto que si el bebé sigue mamando este seguirá produciendo y se estabilizará.
Otro mito que aterra a las nuevas mamás es que el éxito de la lactancia dependerá del tamaño de los senos y hasta de sus pezones pero tranquilízate ya que una mujer que tenga los senos pechos y así como grandes puede producir la misma cantidad de leche y todo dependerá de lo que requiera su bebé. Lo importante es el tejido glandular -el que produce la leche-, pero menos tejido adiposo -grasa acumulada- que uno más grande.
La única forma que no puedas amamantar es que tus pechos sean atróficos y malformados, ya que este tipo si no producen suficiente leche, lo que resultan muy escasos.
Por último es importante dejar en claro que la forma de los pezones en general no afectan la lactancia, aunque existen situaciones especiales, como son los pezones umbilicados o extremadamente grandes que tienen dificultades al principio. Si este es tu caso es aconsejable buscar ayuda de un grupo de lactancia para encontrar la mejor posición al amamantar y considerar la posibilidad de usar pezoneras, pero lo más satisfactorio es que no lo dejes de intentar.
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