Expertos aseguran que aproximadamente uno de cada siete niños en cualquiera de los grados escolares es víctima de acoso escolar.
Nina Guimerá es conocida en redes sociales. Sus videos se han vuelto virales en Instagram, pero poco saben sus más de 313K seguidores, que ella ha vivido en carne propia las consecuencias del bullying y el acoso cibernético. En el caso de Nina, la inconformidad con su aspecto físico la ha llevado a rechazar incluso grandes propuestas de trabajo “no quería ver las fotos luego de los eventos, ni los videos… no quería verme a través del lente de otros”, afirmó la influencer, quien se desempeña también como presentadora y animadora de eventos y conciertos desde Atlanta hasta la ciudad de Miami.
“Para mi el acoso era bastante cruel porque yo tenía sobrepeso. Entonces estaban los comentarios como ‘vaca inmunda’, ‘qué gorda te ves’, ‘tienes tres traseros’, ¿no te da pena?”, afirma Nina, quien recientemente tomó la radical decisión de someterse a una cirugía bariátrica, motivada en gran parte por este trauma social.
“Obviamente hoy en día me siento mejor, me siento más activa, más saludable, pero ahora es mi piel. Ahora el ciberacoso se ha centrado en mi piel, que me cuelga, ‘es que ya no te ves tan bonita, te veías mejor gordita’, me dicen”. Guimerá llegó a la conclusión de que no importa cómo te veas, el ciberacoso siempre va a existir.
De acuerdo al sitio oficial stopbullying.gov, aproximadamente uno de cada cuatro niños ha informado haber sido intimidado en la escuela. Los expertos estiman que aproximadamente uno de cada siete niños en cualquiera de los grados escolares es víctima de acoso escolar. Solo el 36 por ciento de los niños que han sido intimidados. Esto significa que el 64 por ciento de los niños que tuvieron problemas con un acosador decidieron no informarlo a un adulto.
La Dra. Hilda Mar La Chica (Psicóloga especialista en el manejo de crisis y crianza de adolescentes), explica alguna de las señales para identificar el bullying.
“Una de las primeras señales es cuando los niños muestran resistencia para ir al colegio. Podrían empezar a mostrar alguna sintomatología física, como por ejemplo dolor de cabeza, náuseas o cualquier excusa que inventen. En el colegio, los papás o los docentes se dan cuenta cuando ven que el niño se muestra menos participativo, es decir, que surgen unos cambios conductuales evidentes. También ocurre que el niño llega a la casa con algunos golpes que no sabe justificar”, explica la especialista.
“Cuando el niño es víctima, también puede empezar a tener conductas agresivas, por ejemplo con su hermanito o con otro miembro de la familia, porque es una forma de desplazar eso que no pudo hacer con el agresor. Otro síntoma que podría observarse es ansiedad, producto de algo que pudiera estar pasando. De manera tal que si hay signos reveladores y hay que estar atentos”.
En cuanto al abuso cibernético, el acosador usa dispositivos electrónicos para amenazar o molestar a otra persona. El acoso cibernético puede ocurrir utilizando una computadora o dispositivos móviles; puede ocurrir en sitios web, en foros de chat, por correo electrónico o por mensaje de texto. “Cuando hablamos de bullying o acoso escolar”, explica la psicóloga, “lamentablemente va más allá de las cuatro paredes de la estructura física que tiene que ver con la escuela, entonces quiere decir que el abusador tiene más oportunidades y más ventanas para hacer valer la agresión”. “Eso significa que cuenta con más escenarios y un abanico más amplio para poder ejercer la violencia”.
Según explica, lo más importante es que los padres monitoreen la situación de sus hijos, el que es víctima de acoso y también el victimario, porque a veces solo hablamos de la víctima. Es importante que los padres, en vez de prohibir, supervisen y estén pendientes de las fotos que sube su hijo y, bien importante también, explicarle al niño que ha sido víctima cuáles son sus derechos,amplia la doctora. “Afortunadamente en el tema de las redes podemos bloquear gente, podemos restringir personas y siempre tener un espacio para que los niños dialoguen y con sus papás y puedan expresar cómo se sienten.
En la medida que el niño pueda poner en palabras lo que sucede y cómo se siente, va a tener también mayor apoyo y mayor empoderamiento para hacerle frente a la situación”, dice la Dra. Mar La Chica. Drayke Hardman es el verdadero motor Nina quiso aliarse a una organización en Estados Unidos que apoye la mente de los jóvenes y les provea las herramientas necesarias para luchar en contra del bullying y el acoso.
“Cuando supe del caso del niño de 12 años que se suicidó a causa del bullying, me di cuenta de que esta iniciativa, más que correcta, era necesaria”, afirmó Nina acerca del lamentable suicidio de Drayke Hardman, un joven de Tooele County, Utah, quien con apenas 12 años se quitó la vida a causa del acoso escolar.
La Dra. Chica cree que puede ser demasiado tarde si como padres esperamos mucho para enseñarles la empatía a los hijos. “El niño que hace bullying normalmente es un niño que tiene una dificultad importante para mostrar empatía”, explica la experta.
La empatía significa que aunque yo no esté viviendo tu situación, puedo ponerme en tus zapatos y más o menos saber cómo te sientes. Y, saber cómo se siente el otro es suficiente para decir ‘no voy a hacer esto porque sé que estoy dañando a otra persona.” “La empatía es un valor que se construye en los primeros años, cuando hay más conciencia moral; a los tres, a los cuatro, a los cinco”, continúa explicando. “A esa edad el niño debe saber que si golpea, si pega, si grita, puede dañar a los demás. Pero, cuando un niño golpea a otro y se ríe, entonces significa que tiene un goce por hacer esa conducta. En ese caso, la empatía no está construida. Por eso es importante que los papás estén bien pendientes de estas señales, porque más adelante vamos a tener niños con trastornos psicopáticos de personalidad”.
Campaña de NVEEE
Nina unió esfuerzos con la organización sin fines de lucro NVEEE (National Voices for Equality, Education and Enlightenment), para apoyar su misión de prevenir el bullying, el suicidio y la violencia entre los jóvenes a través de programas, servicios y guías de salud mental, de la mano de profesionales.
NVEEE es la institución que durante 13 años se ha encargado de proveer herramientas de apoyo para la prevención del suicidio en jóvenes en el estado de la Florida. Guimerá invitó a sus seguidores y amigos influencers a colaborar con esta causa, e incentivando a todos los que se conecten e interactúen con ella a nivel digital, a aportar su granito de arena para que instituciones como NVEEE, puedan seguir ayudando a los jóvenes a convertirse en embajadores del respeto y la tolerancia.
Con información de El Nuevo Herald
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