El síndrome del intestino irritable (SII), también conocido como colon irritable, es un trastorno común que afecta el intestino grueso.
Este trastorno digestivo funcional se caracteriza por la presencia excesiva de gases y dolor o calambres abdominales relacionados con la evacuación intestinal, así como episodios alternados de diarrea y estreñimiento.
Según estimaciones, cerca del 10 al 20 % de la población general padece estos signos y síntomas, los cuales tienen un gran impacto en la calidad de vida y produce altos costos en la atención sanitaria.
De acuerdo con la Sociedad Venezolana de Gastroenterología, la prevalencia del síndrome del intestino irritable en la población adulta venezolana es de 16,80 %. Algunas personas pueden controlar sus síntomas mediante tratamientos que alivian los malestares y llevar una mejor calidad de vida.
“El SII puede ser tratado a través de medicamentos, probióticos y terapias de salud mental. Además, es importante realizar cambios en la alimentación y en el estilo de vida. Entre ellos, comer más fibra soluble, evitar el gluten, seguir un plan de alimentación especializado denominado dieta baja en FODMAP (Fermentable Oligosacáridos Disacáridos Monosacáridos y Polioles), aumentar la actividad física, reducir las situaciones estresantes y dormir lo suficiente”, sostiene Dannie Hansen, CEO de SUNDT.MX.
Y es que, estos factores influyen considerablemente en dicho trastorno intestinal. Sin embargo, consulte a un especialista si tiene síntomas graves como pérdida de peso, diarrea nocturna, sangrado rectal, vómitos, anemia por deficiencia de hierro y dolor persistente para expulsar gases o al defecar.
Factores que influyen en la prevalencia del SII
La prevalencia del estrés, ansiedad y depresión en la población general pueden empeorar los síntomas del SII.
Las personas expuestas a eventos estresantes, especialmente durante la etapa de niñez, suelen experimentar mayores síntomas de colon irritable. Según información de la Organización Mundial de la Salud, 450 millones de personas en el mundo padecen al menos un trastorno mental.
Las preocupaciones pueden provenir de contextos como el trabajo, responsabilidades escolares y académicas, problemas en el hogar, problemas económicos, desempleo, divorcios, pérdidas familiares, entre otros. En un contexto de pandemia, se ha registrado un incremento significativo de trastornos psicológicos que también causa problemas de salud física.
Asimismo, algunos medicamentos como antibióticos, antidepresivos y fármacos hechos con sorbitol, como el jarabe para la tos, también pueden provocar estreñimiento o diarrea.
La alimentación y el sedentarismo también cumplen un rol importante al momento de agravar los síntomas. La intolerancia a algunos alimentos como trigo, frutas cítricas, frijoles, productos lácteos, repollo y bebidas carbonatadas, por ejemplo, comprende completamente las molestias en el SII.
Por último, según datos de la Organización Mundial de la Salud, más del 31 % de la población mundial es inactiva. El sedentarismo en mayor en mujeres que en hombres. La falta de ejercicio y prevalencia del sedentarismo también pueden causar problemas con su sistema digestivo, lo que resulta en estreñimiento.
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