En un año de crisis y pandemia el objetivo no es la rentabilidad. Sin financiamiento, el trabajo es a esfuerzo propio.
Franklin Rodríguez CNP 17620
Valle de La Pascua. Productores de cereales del estado Guárico, están sembrando, no enfocados en la rentabilidad de la producción de materia prima como negocio, a través de la actividad agrícola, algo muy difícil en medio de las limitaciones del momento, si no, animados por la necesidad de mantener activas sus unidades de producción.
El economista Vicente Figuera, quien preside la Asociación de Productores de Cereales y Ganado del Estado Guárico, APROSEGUA, gremio con 23 años al servicio de la producción en el campo, dio a conocer que durante este tiempo, han llevado a cabo programas de financiamiento directo e indirecto en convenio con la banca privada y el sector público.
En este ciclo, tenemos un programa que corresponde a unas 2000 hectareas de maíz, entre blanco y amarillo, y 1000 de sorgo, aún con las limitaciones que hay por la falta de abono, agroquímicos y recursos financieros, ya que la banca, prácticamente no está financiando el sector agrícola.
No es fácil, esto lo estamos haciendo con “musculo propio”, vamos a llamarlo así, expresó, para indicar que se trata de un esfuerzo donde los recursos son aportados por los mismos afiliados.
El norte de Aprosegua, destacó, es una siembra donde al final, su rendimiento va a estar determinado por la cantidad y la calidad de los insumos que estamos utilizando, y muchas de nuestras áreas, han sido sembradas con semillas de producción nacional, menos el rubro de maíz blanco, para el cual se aplicó un híbrido importado.
El principio que nos guía, es mantenernos firmes en nuestras unidades de producción en el sentido de que tenemos que trabajar nuestras tierras y que más costoso sería dejar de sembrar, debido a que somos agricultores que podríamos denominar de doble propósito, pues, también somos ganaderos y nuestra ganadería está ligada a la producción de cereales.
Es por ello, que un motivo muy importante para mantenernos en la siembra, son nuestros rebaños, ya que si no sembramos, al momento de necesitar la soca, sino la tenemos, el ganado va a sufrir las consecuencias, explicó Figuera.
A su juicio, al dejar de sembrar moriría mucho ganado y en definitiva, eso es lo que va a determinar la rentabilidad en este año.
Asimismo, al dejar de sembrar, los potreros se reforestan de nuevo y para nadie es un secreto lo costoso que resulta la utilización de maquinarias para reacondicionar una hectárea de terreno.
Ese es el norte que llevamos los productores en una situación de crisis, en un año pandemico, con las limitaciones existentes, generadas por la escasez del diésel, la gasolina, los altos costos de los lubricantes, repuestos y cauchos. Un sacrificio enorme,porque no contamos con ningún tipo de financiamiento, argumentó.
Desde Aprosegua, hacemos un llamado a los entes gubernamentales responsables de las políticas en materia agropecuaria, a entender que, producir alimentos en Venezuela y cualquier país del mundo, es un problema de estado, de definición de estrategias gubernamentales y que por lo tanto, se deben implementar políticas dirigidas al desarrollo y crecimiento del campo venezolano.
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