Felipe Hernández
El 20 de mayo es el día del Cronista Municipal en Venezuela, fecha instituida en honor a Enrique Bernardo Núñez, nacido el 20 de mayo de 1895 en la ciudad de Valencia, estado Carabobo, quien fue y es uno de los escritores más notables e importantes de la narrativa latinoamericana y universal, autor entre otras, de las obras: Después de Ayacucho (1925), Cubagua (1931), La Galera de Tiberio (1938), El hombre de la levita gris (1943), Arístides Rojas, anticuario del Nuevo Mundo (1944), y La ciudad de los techos rojos (1948), con la que obtiene el Premio Municipal de Prosa. Fue el primer Cronista Oficial de Caracas y de Venezuela. En dos oportunidades sería nombrado cronista de la ciudad de Caracas, de 1945 a 1950 y de 1953 a 1964.
Enrique Bernardo Núñez fallece en Caracas el 1° de octubre de 1964, a los sesenta y nueve años de edad. En su honor y recuerdo, la Convención Anual de la Asociación Nacional de Cronistas de Venezuela (ANCOV), realizada en Punto Fijo, estado Falcón, el 20 de mayo de 1986, a propuesta del Cronista de La Victoria, Dr. Germán Fleitas Núñez, designa la fecha de su natalicio como «Día Nacional del Cronista Oficial”. Igualmente se instituyó un Botón de Honor con su preclaro nombre, de intensa y fecunda obra. A partir del año 1989 la figura del también llamado “Cronista de la Ciudad” comenzó a ser centro de atención, porque en el artículo 187 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, el legislador impuso la creación del cargo para todos y cada uno de los municipios del país.
De los antecedentes históricos de la crónica y de los cronistas, la primera crónica escrita en lengua castellana la ordenó componer el rey Alfonso X de Castilla “El Sabio” (1221-1284), una excelente obra literaria de valía excepcional por ser la primera historia de España escrita en lengua romance. Refiere el Dr. Fortunato Gonzáles: “Esta crónica constituyen hoy la fuente principal del conocimiento de los sucesos del pequeño mundo local y regional.
En las cortes españolas los cronistas de manera oficial aparecen en el siglo XIV, y es con Jerónimo Zurita quien escribió los anales de la corona de Aragón en 1547, cuando se realizaron las primeras crónicas con manejo objetivo de la documentación que recopila… en Venezuela, en el período colonial, Juan de Castellanos, Fray Pedro de Aguado, Fray Pedro Simón, José Oviedo y Baños, José Gumilla, Fray Jacinto de Carvajal y Felipe Salvador Gilij son los más relevantes cronistas de ese período de nuestra historia.
En cuanto al significado del oficio de cronista, a juicio de don Tulio Febres Cordero, el Cronista de la Ciudad tiene que ser esencialmente escritor e historiador y entre sus atribuciones, velar por la conservación y mejoramiento del Archivo Municipal, asimismo servir de asesor al Concejo Municipal en las consultas requeridas. Por su parte, el periodista y profesor universitario Julio Barroeta Lara, lo conceptúa como “un divulgador de la vida parroquiana de antes y de ahora, capaz de reconstruir trozos del pasado”. Misael Salazar Leydenz, quien fue Cronista de Coro, es “un explorador que afianza la identidad, investiga el presente y el pasado y su legado es tesoro valioso para el futuro”. Por su parte, el cronista de Los Andes José Vicente Henríquez, define al cronista como “un intelectual de buen suceso porque se ha nutrido de las raíces de su pueblo”. Y para Lourdes Dubuc, Cronista de Boconó, los cronistas son personas de vocación, cuyo cargo es producto de una trayectoria cumplida. El Prof. Jesús Silva, de Santa Teresa del Tuy, señala que el cronista representa la historia y acontecer de un pueblo, por lo tanto, es un personaje público que evidencia y justifica su cargo en celebraciones parroquiales, actos culturales, religiosos, sesiones solemnes e interactuando con instituciones educativas y culturales; aceptando entrevistas, escribiendo en la prensa; transitando su municipio donde le consultan, dan información y hacen sugerencias. Y para el cronista de Maracay, don Oldman Botello, el cronista de la ciudad o historiador de la ciudad, como se llama en otros países, es la persona dedicada a hurgar en los archivos municipales y parroquiales para desentrañar la historia local y regional, relacionándola con la nacional. Es lo que el historiador mexicano Luís González y González llama la matria.
En ese orden, al cronista oficial se le encomienda la tarea de velar por la preservación de los valores culturales de su municipio, investigar y promover la investigación en torno a ellos, así como informar, asesorar a las autoridades y organismos que la requieran sobre las cuestiones antes esbozadas. Además de velar por el arte, el folclore, la heráldica, las tradiciones, la toponimia, la literatura, etc. que conciernan al ámbito del municipio.
De ahí que el Cronista de la Ciudad, fundamentalmente debe investigar y divulgar la vida de la ciudad y alertar para que se preserven sus valores históricos, artísticos y arquitectónicos, tal como en su oportunidad lo hicieron en Caracas, Enrique Bernardo Núñez, Mario Briceño Iragorry, Mauro Páez Pumar, Guillermo José Schael, Carmen Clemente Travieso, Juan Montenegro y el Prof. Guillermo Durand en la actualidad.
En nuestra ciudad, Valle de la Pascua, puede considerarse que la figura del cronista —aunque no era oficial— se conocía desde los años cuarenta en la persona de don Alfredo Zamora Pérez, fundador, director y editor del periódico “El Ganadero” (1945-1947), quien atendiendo a la vocación agrícola de la zona, más que cronista de la ciudad, era cronista del sector agropecuario y de los productores de la región. La publicación de su periódico coincide con el período de la Junta Nacional de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt, y con la promulgación por la Municipalidad de Caracas de la Ordenanza que designó por primera vez un Cronista, que como se dijo antes, la función recayó en el escritor, diplomático y periodista valenciano Enrique Bernardo Núñez.
Durante los años cincuenta, sesenta y setenta, pueden considerarse como cronistas de Valle de la Pascua a: don Lorenzo Rubín Zamora, que además de las crónicas escritas en su periódico “Región”, nos dejó sus libros: Diccionario Biográfico Cultural del Estado Guárico (1972), Tres etapas de Valle de la Pascua (1978), y la Biografía del Profesor Blas Loreto-Loreto (1981); y Juan Suárez Ávila, quien legó su importante libro Historia y Valores de Valle de la Pascua (1980).
A la fecha, el municipio Leonardo Infante solo ha tenido tres cronistas oficiales, a saber: Monseñor-Doctor Rafael Chacín Soto, autor de la obra: Orígenes de Valle de la Pascua; designado por el Concejo Municipal del Distrito Infante a principio de los años setenta. El segundo, el farmaceuta y profesor Luís Fernando Melo Jiménez. Ambos adelantaron investigaciones que contribuyeron a desentrañar y reconstruir la identidad y el devenir de Valle de la Pascua; y desde el 14 de febrero de 2011, quien escribe esta crónica, educador, doctor en historia y profesor universitario, autor del presente escrito y de los libros: Historia de Valle de la Pascua, Crónicas y apostillas de Espino y Parmana,Historiografía e historias del Guárico, Historia del Núcleo VLP de la UNESR, El Llanero una expresión telúrica, etc., ensayos y crónicas sobre el municipio Infante y el Guárico en general publicados en revistas, la prensa local, regional, nacional y en las redes.
Resulta importante señalar, que el municipio Leonardo Infante lo conforman las parroquias Valle de la Pascua y Espino, —pueblos ricos en historia y valores culturales—, de esas comunidades, meritorias personalidades han dejado su impronta en valiosos testimonios, téngase entre ellos a: Víctor Manuel Ovalles, Pedro Díaz Seijas, Ángel Graterol Tellería, José Sánchez Torrealba, Facundo Camero Velásquez, Manuel Soto Arbeláez, César Díaz Ledezma, Enrique Bolívar, Franklin Santaella, José Antonio Ron Troconis, Samuel Mejías, José Manuel Celis, Amalia Hitcher Pérez, Luis Pérez Guevara, Laura Requena de Pérez, Misael Flores y tantos otros vallepascuenses y guariqueños, que en libros, periódicos y revistas nos han legado sus escritos, a ellos nuestro reconocimiento.
Sea propicia la fecha para recordar y felicitar a los cronistas afiliados a la Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela (ANCOV), organización que con sus acciones reconoce, valora y rinde homenaje a los cronistas, historiadores e investigadores de la historia local y regional de los municipios y parroquias de nuestro país, en especial a los cronistas del estado Guárico. Enhorabuena…
* UNESR/Cronista Oficial del Municipio Infante-Guárico // felipehernandez457@yahoo.com*
Valle de la Pascua, domingo 19 de mayo de 2019.
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