FELIPE HERNÁNDEZ G.*
Pedro Zaraza Manrique, destacado general del ejército patriota, merece especial reconocimiento en virtud de los invaluables servicios que su espada guerrera y su genio militar aportaron a la causa independentista de nuestro país.
El general Pedro Zaraza nació en el hato El Eneal en jurisdicción de Chaguaramas el año 1775 aproximadamente, muy jovencomenzó a trabajar como peón en el hato “Patacón”, al sur de Valle de la Pascua. Descendiente de vascos, era hijo de Francisco Antonio Zaraza y de Lorenza Manrique. Comandó el Escuadrón “Rompelíneas”, orgullo del gentilicio guariqueño en el oriente del Guárico, puesto que además de haber nacido en el lugar, su acción guerrera a favor de la independencia la desarrolló en esa parte de la entidad, aunado a que la mayoría de los integrantes de su ejército eran oriundos del lugar.
El escuadrón “Rompelíneas” paseó su valentía por toda Venezuela, participando en las batallas de Vuelvan Caras, Queseras del medio, Simborino, Espino, Tucupido, Aragua de Barcelona, Urica, La Hogaza, etc. Cuando los patriotas se ven derrotados después del terrible año de 1814 y la llegada de la Expedición Pacificadora al mando de Pablo Morillo en 1815, Zaraza junto a los jefes José Tadeo Monagas, Manuel Cedeño, Julián Infante, Leonardo Infante y otros, se encargan de sostener la lucha en el oriente del país.Pedro Zaraza combate en 1816 en las batallas de: El Butaque, Manapire, y El Potrero (Bajo de María Machuca); en 1817 en las batallas de La Hogaza, y Chaguaramas; en 1818, en la batalla de El Sombrero; en 1819, en La Barrosa, Zanjonote, Tamanaco, Cerros de Espino, Corocito, San Fernando de Cachicamo y El Botado; y en 1820 en los combates de Las Babas y El Socorro, entre muchas otras, con resultados unas veces adversos y los más favorables a la causa patriota.
El 05 de diciembre de 1814 en la batalla de Urica, aún con los desfavorables resultados alcanzados en el campo de batalla, la patria fue librada de uno de sus más feroces enemigos, el sanguinario José Tomás Boves, quien muere alanceado en manos del propio Zaraza, todo gracias a una ardid argüida por el “Taita Cordillera”, “El Canagüey” o “Cola blanca”, nombres con los cuales era conocido el bravo y valiente prócer guariqueño. De esa acción, para la posteridad quedó la célebre frase “O se rompe la Zaraza o se acaba la bovera”.
El 27 de mayo de 1816, los oficiales integrantes de la Asamblea Nacional, a través de cédulas escritas lo eligieron como segundo jefe de del ejército patriota. Dos años después, el osado general Pablo Morillo, jefe del ejército expedicionario español, se atreve a tentar la lealtad, la integridad y la valentía de Zaraza; la prueba está expuesta en una comunicación que envía Morillo al caudillo guariqueño, donde le pide pasarse a las filas del rey a cambio de un indulto para él y su gente, en esa comunicación Morillo expresa lo siguiente:
“Quedará Vmd., al servicio de su magestad con mandos de las fuerzas que tiene a sus órdenes y le declararé en nombre del Rey N.S. un grado militar que lo autorice para obtenerlo, lo cual será proporcional al servicio y mérito que con sumisión prestará Vmd.”.
Para valorar la importancia de este ofrecimiento, hay que tener en cuenta la significación, la importancia y los recursos con que contaba el oferente, Pablo Morillo, nombrado pacificador de Venezuela el 9 de mayo de 1815 por el rey Fernando VII. Morillo era un militar y marino de alto rango del imperio español que se había distinguido en las guerras contra Francia (1792-1814) y que además estaba al mando de diez mil seiscientos cuarenta y dos hombres de tropa, que formaban los regimientos de caballería, un regimiento mixto de artillería y un batallón de ingenieros, además de contar con inmensos recursos materiales y la estupenda formación militar de sus hombres.
No obstante esto, Zaraza no se amilanó y contestó al Gral. Morillo en los siguientes términos: “… la paz con los tiranos es una conspiración contra la libertad; no puede haber paz entre el sacrificador y la víctima. Si usted quiere paz, purgue usted nuestro territorio de su odiosa presencia y de las reliquias miserables del ejército expedicionario que aún la infestan. Si usted amara a la humanidad no habría venido a exterminarnos y habría quedado en España sirviendo fielmente las cortes de su nación y no al usurpador…”. Con asombrosa audacia Zaraza devuelve a Morillo el ofrecimiento que este le hiciera en su comunicación. “Aunque enemigos de los españoles, somos generosos con ellos, así accediendo a las súplicas de mis compañeros de armas, yo me he dignado a retornar a usted un indulto, a nombre de la República ofreciéndole un perdón absoluto por sus pasados crímenes y será admitido al servicio de Venezuela con un grado militar proporcionar al mérito que contraiga cuando pase con sus tropas a ponerse bajo sus banderas” (Quartel General de los Boquerones, Octubre, 6 de 1818).
Muchas son las hazañas del general Pedro Zaraza, muchas son sus glorias, mucho le debe la patria. Después de la batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821; es él quien se encarga de destruir las guerrillas realistas que aun combatían dispersas en los llanos. Finalizada esta tarea se retira de la vida militar y se radica en la ciudad de Caracas, donde al poco tiempo su salud empeora y fallece el 27 de julio de 1825. Entregó su vida al servicio y en la búsqueda de la libertad. La ley de Haberes Militares (10/10/1817) no alcanzaba, como no alcanzó para pagar el desprendido sacrificio que junto a otros prohombres realizó el insigne general Pedro Zaraza para dar origen a nuestra nacionalidad.
En medio de este constante bregar y sacrificarse por la independencia de la patria, resulta paradójica la dramática carta que la viuda del general Zaraza, doña Juana Francisca Arzola de Zaraza (de los Arzola vallepascuenses), dirige el 06 de agosto de 1830 al general José Antonio Páez. En la citada comunicación la honorable viuda solicita para su manutención y la de sus menores hijos,Pedro Antioquia y Eusebia, el pago de los haberes militares de su esposo. Solicitud que le fue negada pese a que el general Zaraza prestó invalorables servicios a la causa independentista durante más de diez largos años… El devenir histórico de nuestro país está lleno de casos como este, muchas han sido las injusticias, los olvidos, las incomprensiones y los agravios que han sufrido los hombres que han dedicado su vida a servir a los mejores intereses de la patria.
El testamento del Gral. Pedro Zaraza reza: “Yo, Pedro Zaraza, General de Brigada de los ejércitos de la República de Colombia, de los libertadores de Venezuela, hijo legítimo, en legítimo matrimonio del señor Francisco Antonio Zaraza, de las montañas de Burgos en los reinos de España, y de la señora Lorenza Manrique natural de Chaguaramas, ambos de aquel vecindario ya difuntos, hallándome achacoso de la salud pero en mi entero y cabal juicio. Ítem. Declaro que soy casado con y velado en facie eclesiae con la señora Juana Francisca Arzola, del pueblo de Valle de la Pascua, de cuyo matrimonio hemos procreado por nuestros legítimos hijos a Marcelina, que ya es casada con el señor Francisco Ignacio Betancourt; Pedro Antioquia y Eusebia, menores de edad que aún viven, aunque hemos tenido a otros que han muerto en pubertad”. Ítem. “Declaro que cuando contraje el dicho matrimonio con la expresada Arzola, ésta no aportó cosa alguna al matrimonio y yo llevé una posesioncita de tierras, en compañía de mi hermano Lorenzo Zaraza en Jácome, jurisdicción de Valle de la Pascua y unos cortos animales en tierras del señor doctor Espejo, todo lo (cual) se ha perdido en la Guerra, lo declaro para que conste”. Ítem. “Declaro por mis bienes una esclava nombrada Joaquina con dos hijos pequeños nacidos después de la manumisión, nombrados María y Francisco”.
UNESR/Cronista Municipal // felipehernandez457@yahoo.com
Miércoles, 28 de febrero de 2018
11,779 total views