Notipascua.-La semana pasada, Harer Beckham y su chupón se convirtieron en tema de conversación en medios de todo el mundo. ¿La razón? La hija de David y Victoria aún usa uno, lo que llamó la atención de muchos ya que la niña tiene cuatro años.
El tema enojó al ex futbolista, quien a través de su cuenta de Instagram criticó a quienes realizaron comentarios sin tener ninguna información al respecto, dando a entender que para su hija el chupón es un objeto de consuelo en momentos difíciles.
Y David tiene toda la razón, ya que según los especialistas, el chupón provoca efectos analgésicos. «El chupón reduce la incidencia de la muerte súbita del lactante, es un analgésico muy eficaz en procesos dolorosos, como la salida de los primeros dientes, y -por añadidura- los efectos perjudiciales que ejerce sobre la correcta alineación de los dientes son pasajeros», afirma Marcel Deglin, pediatra de Clínica Ciudad del Mar.
El médico explica que el uso del chupón debe comenzar al mes de vida, para que no interfiera con la succión del pecho, y así favorezca la lactancia materna y el apego madre e hijo.
Sin embargo, resalta que si su uso es demasiado prolongado, puede ocasionar cambios importantes en la fisonomía del niño. «Si el uso del chupete se limita hasta los tres años, no hay efectos colaterales negativos sobre su dentición. El uso por más de tres años, en cambio, produce que los dientes centrales inferiores se desvíen paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el mismo plano, pero en el maxilar superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera (dientes de conejo)», precisa.
«Con el tiempo -agrega el pediatra- los caninos (colmillos) chocan entre sí y ambas filas de dientes no se cierran correctamente (mordida abierta). Asimismo, la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo (mordida cruzada)».
Un proceso gradual
Así, si tu hijo se acerca a los tres años o ya los tiene, y no se puede despegar de su chupón, es un buen momento para ayudarlo a deshacerse de él. Pero ¡ojo!, el proceso debe ser gradual y no de un momento para otro.
«Lo primero es ir acostumbrando al niño a usar el chupón sólo cuando se vaya a la cama o en situación de mucha tensión emocional», precisa el pediatra, quien sugiere a los padres estar más activos en esos días para ayudar al niño a tranquilizarse.
A continuación, más consejos del especialista:
– No se debe recurrir a castigos.
– Untar el chupón con sustancias de sabores desagradables, como vinagre, pimienta o limón, entre otros.
– Inventar una historia en la que algún personaje de ficción sea capaz de dejar el chupón y a cambio darle un regalo.
– Dar pequeños cortes al chupón para que la sensación de tenerlo en la boca no sea placentera y así disuadir a los niños.
– Acudir al pediatra para que ayude a entender a los niños el por qué deben dejar el chupón.
– Ser firmes en la decisión. El niño recordará su chupón y lo pedirá una y otra vez, pero hay que dejar que pase el «síndrome de abstinencia».
Fuente:El Mercurio Chile
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