Parecía estratégico: alrededor de la tarima se ubicaron los militantes de Vente Venezuela. Su objetivo, gritar “¡pa’ Miraflores!”. Su líder, María Corina Machado, aplaudía la acción. Se cumplía la misión.
Cuando el turno de hablar le tocó a Freddy Guevara, secretario de Voluntad Popular, los cuchicheos aumentaron, las imprecisiones corrían en boca de los dirigentes –aunque fuera de micrófono- y hasta hubo discusiones de qué tanto decir y qué callar.
Por ejemplo, Machado dijo varias veces que era imperativo continuar la marcha hacia Miraflores. Era la oportunidad, el todo o nada, este mismo 26 de octubre. El diputado Gilber Caro (VP) se anotó en la idea y abonó para convencer a Lilian Tintori de convocar la caminata hasta la casa de Misia Jacinta.
Pero la esposa de Leopoldo López titubeaba. En el público crecía el bullicio con el “vamos a Miraflores” y ella seguía sin prometer a sus contertulios que lo diría por los altavoces. La cara de circunstancia se instaló en su rostro, mientras Henry Ramos Allup y Henrique Capriles daban sendos discursos dibujando una ruta: “juicio político” en la Asamblea Nacional y marcha a Miraflores la próxima semana.
Así llegó la intervención de Juan Guaidó (VP), quien puso mano firme en recordar que la exigencia de continuar la caminata hacia el centro de la ciudad no estaba dentro del acuerdo que, además, ya se estaba anunciando al público. No obstante, las discusiones e intercambios no terminaron. De hecho, comenzó una pequeña charla entre Freddy Guevara, Julio Borges, José Simón Calzadilla, Ismael García, Henry Ramos y el propio Guaidó en una de las esquinas de la tarima, mientras el gobernador de Miranda continuaba su exigencia a reactivar el camino electoral so pena de organizar una marcha nacional hasta la sede del Ejecutivo el 3 de noviembre próximo.
A la par de esa reunión improvisada, las mujeres también tenían su propia visión de convocatoria al pueblo. Al no poder marchar a Miraflores, Lilian Tintori propuso a Machado y a la esposa del presidente del Parlamento, Diana D’ Agostino, marchar hasta el Palacio Federal Legislativo para mostrar su apoyo “a esa institución autónoma, la única que apoya el pueblo”, como la denominó la propia Machado.
La idea fue aceptada por todas, aunque antes de anunciarla Tintori pidió a Freddy Guevara su apoyo para hacerlo. La respuesta del diputado fue: “si ustedes marchan para la Asamblea, yo las acompaño”.
Así, al culminar las palabras de Capriles, Lilian Tintori pidió el derecho de palabra. Tuvieron que decir que la esposa de López hablaría, porque no pocos creyeron que con el excandidato presidencial finalizaban las intervenciones. Al comenzar a hablar, la mujer tuvo poco claro qué ratificar y qué anunciar. Dijo que “hoy comienza el rescate de Venezuela” pero debió voltear para confirmar con periodistas y otros presentes que la convocatoria a huelga ya se había hecho. Respondida su inquietud, la anunció a viva voz al micrófono para luego volver a consultar, ahora con Henry Ramos, si podían marchar hasta la Asamblea Nacional. El adeco le respondía “mañana, mañana” porque este miércoles “no hay nada allí, está cerrada”. Tintori convocó para este jueves acompañar a los diputados y Ramos Allup tomó el micrófono para secundar el anuncio.
La esposa de Leopoldo López terminó su discurso y luego de darle el testigo a María Corina Machado en el micrófono, dijo a los más cercanos en tarima que no podía hacer otra convocatoria distinta “porque no estaba en lo acordado”. Quien esperaba ir a Miraflores, se quedó con las ganas.
Diálogo pero con la militancia
Antes de finalizar el acto, Henry Ramos Allup tuvo que sentarse como buen padre a dialogar con la militancia adeca para evitar que espontáneos partieran con destino a Miraflores. Más de 10 minutos estuvo el presidente de la Asamblea Nacional sentando al borde del camión, hablando primero con “los blancos” y luego con la de otros partidos, que le increpaban no continuar hacia el centro de la ciudad para “derrotar al dictador con el pueblo en la calle”.
Hasta de “no tener pantalones suficientes” acusaron al presidente de la Asamblea, quien dejó reflexionando a más de uno, cuando les dijo que era necesario tomarse un tiempo para preparar esta movilización pues no querían muertos que lamentar después.
Antes, durante su discurso, a Capriles le dijeron que estaba “cagado” por no ir tras Maduro. “Cagao está el que está en Miraflores”, contestó al explicar que la convocatoria a la sede del Ejecutivo debía incluir no solo a los caraqueños sino a los de todas las regiones a los que hay que “darle la oportunidad” de asistir y organizar la movilización.
“Si no van a Miraflores se acaba la Unidad”, gritó un espontáneo. Pero Ramos saltó rápido: “dejen el chantaje, que estamos ganando”, respondió el presidente del Legislativo. Zorro viejo.
La tarima, por cierto, vivió un momento tenso cuando una periodista de FM Center se desmayó, retrasando el anuncio de la dirigencia de la MUD, producto de una descompensación causada por la caminata, el agotamiento y el sol abrasador que acompañó toda la marcha, a pesar de los nubarrones y la fuerte brisa que anunciaron agua durante el día.
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