24 de octubre del 2016
Miranda||Notipascua.- Durante cuatro meses los familiares de Roberto Ramos, de 64 años de edad, no durmieron. No querían separarse del teléfono para esperar una llamada que certificara que fue rescatado con vida de sus captores. Él era un conocido comerciante del casco central de Los Teques y la mañana del 7 de junio fue secuestrado por un grupo de hombres armados cuando salía de su residencia en el sector Lagunetica a buscar a la señora de servicio, en la parada.
Los cuatro delincuentes esperaron que saliera de la vivienda y lo interceptaron, lo montaron en una camioneta negra y se lo llevaron a una zona montañosa del sector Las Cadenas. La primera semana que permaneció en cautiverio los secuestradores se comunicaron con los familiares para negociar el rescate y no hubo más contacto. Él estuvo en poder de los plagiarios hasta agosto cuando su sobrino Anderson Ramos, apodado el Lolo y cabecilla de la banda de extorsionadores de los Altos Mirandinos, decidió asesinarlo de un tiro y lo enterró en ese sector. El tío desconocía sus andanzas. Funcionarios del Cicpc a través del cruce de llamadas telefónicas confirmaron que el Lolo planificó el secuestro. Pero también estaban involucrados otros dos miembros del grupo familiar, que están presos.
En la primera semana de octubre, cuando el cadáver de Ramos fue localizado por los investigadores, la delegación del estado Miranda del Cicpc recibió denuncias de otros cuatro plagios. En esta entidad, junto con Carabobo, Aragua y Lara, ha aumentado el delito en 2016, de acuerdo con estudios realizados por el abogado criminólogo, Fermín Mármol García.
Solo en Miranda hubo un incremento de 33,3% respecto a 2015, según cifras del GAE de la GNB en esa entidad en donde se reporta un promedio de 8 secuestros al mes “Más del 50% de los plagios perpetrados en el país ocurren en esa entidad, específicamente en la Troncal 9, a la altura del sector Cumbo, declarada zona de paz; así como también en La Castellana, Los Palos Grandes y Caurimare”, explicó la fuente. Eso sin considerar que hay una cifra negra de casos que no son notificados por temor a represalias
Esta entidad reúne dos condiciones para que este delito cobre fuerza: una, dispone de zonas habitadas por grupos familiares de alto poder adquisitivo que las convierten en el principal atractivo de los secuestradores; y dos, es refugio de megabandas que huyen de Caracas y escogen de blanco de sus fechorías las urbanizaciones de esa región, explicó Mármol García.
Cerca de cinco organizaciones que operan en Barlovento tienen alianzas con las bandas de la Cota 905 y El Cementerio para la comisión de plagios. Se conforman en grandes bloques y se distribuyen las tareas, explicó el funcionario de seguridad. Estos grupos –detalló García– cometen los plagios en Miranda, pero las negociaciones de cobro de rescate y posterior liberación suelen hacerlas en el Distrito Capital.
El Distrito Capital también ha experimentado un repunte en materia de secuestros. Una fuente de la policía científica reveló que al mes son denunciados hasta seis plagios solo ante ese organismo, en Libertador. Hay otros cuerpos que también reciben más casos.
En Carabobo, de acuerdo con una fuente de la GNB, se maneja un promedio de denuncias a este organismo de 4 casos al mes. Sin embargo, entre julio y septiembre hubo cerca de 20 plagios ocurridos en la zona norte de Valencia.
Entre los casos destaca el secuestro del ingeniero Roberto Masullo, ocurrido el pasado 30 de agosto en el sector La Trigaleña de Valencia. En esa zona previamente habían asesinado a cinco plagiarios. Masullo sigue en poder de sus captores. Su secretaria, implicada en el secuestro, fue capturada y actuó en complicidad con un funcionario de la Policía Municipal de Naguanagua, cuerpo de seguridad que desde hace una semana está intervenido por el Visipol, debido a que varios agentes están implicados en hechos delictivos. Se presume que el ingeniero fue vendido por la banda de agentes policiales a otra organización delictiva y las investigaciones apuntan que el profesional podría estar en poder de la banda Los Mañongueros, que opera al norte de Valencia y se dedica al secuestro, extorsión y cobro de vacuna a comerciantes
Víctimas conocidas
Investigadores han encontrado una variante en el delito del secuestro: la participación de allegados de la víctima. En 20% de los plagios en Miranda están involucrados gente cercana. Este tipo de casos es denominado por los expertos infidelidad del entorno. Un caso es el del comerciante Roberto Ramos, quien fue secuestrado y asesinado por su sobrino. También está el de Julián Contreras (nombre ficticio para proteger su integridad) a quien interceptaron en su camioneta cuando transitaba por el sector Cumbre Roja, de la carretera Panamericana. Cuatro hombres armados lo obligaron a montarse en una camioneta. Les exigieron a sus familiares pago en dólares por el rescate. Se concretó la negociación y fue liberado. “Mi familia no quiso denunciar al Cicpc, pero cuando recobré mi libertad denuncié el caso a la policía científica y determinaron que mi sobrino, a quien le di trabajo en mi negocio, lo había planificado”, contó la víctima.
La condición económica de las futuras víctimas impulsa a familiares y allegados a recurrir a este mecanismo como una forma de ganar dinero fácil. Además no necesitan indagar sobre su estilo de vida porque ya la conocen y saben sus movimientos, dicen los expertos en seguridad personal, quienes recomiendan no suministrar información sobre estados financieros o bienes adquiridos.
Fuente: ElNacional
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