«Durante el segundo semestre del año la crisis se agravará y la producción continuará cayendo», aseguró Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria.
07 de Mayo del 2016.
Grupo Notipascua.-
El gobierno le ha puesto un cerco al sector manufacturero al no liquidar las divisas para la importación de materia prima y lo está ahogando, afirmó Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria. «El juego se trancó, no pagan la deuda a los proveedores ni se pueden importar los insumos para producir», aseveró.
Aunque las industrias están rindiendo lo que les queda de materia prima para extender lo máximo posible las operaciones, la situación ha empeorado con la amenaza que profirió el presidente Nicolás Maduro de planta cerrada planta tomada, dijo.
Olalquiaga aseguró que los industriales que estaban adquiriendo con dinero propio pequeñas cantidades de los compuestos menores que se les habían agotado para continuar produciendo, dejarán de invertir por la inseguridad jurídica que generó el discurso de Maduro.
El cierre de las líneas de producción y de fábricas no solo afecta a los propietarios; también a los consumidores que no pueden adquirir los productos que requieren para satisfacer sus necesidades, y a los trabajadores que pierden su empleo, añadió.
Al hacer un balance del impacto que ha tenido para el sector las acciones del Ejecutivo, dijo que no se han implementado medidas macro para darle oxígeno a la economía y para que lo micro funcione.
Los motores de la economía, según Olalquiaga, son una fantasía para dar la ilusión de que están trabajando en una solución a la escasez. «Ellos saben lo que tienen que hacer para reactivar el aparato productivo, pero no lo hacen y durante el segundo semestre del año la crisis se agravará y la producción continuará cayendo», aseguró.
Para Conindustria, la solución a corto plazo a la caída de la producción tiene que ver con la titularización de la deuda para pagar a los proveedores internacionales y poder adquirir materia prima e insumos; la flexibilización de los controles de precios y de cambio; la devolución de las empresas actualmente en manos del Estado al sector privado y la restitución de la Ley de Ciencia y Tecnología a su espíritu original. «El gobierno se ha hecho oídos sordos ante estos planteamientos del gremio», apuntó.
Recordó que a tres laboratorios les pagaron parte de la deuda con bonos, pero lamentó que la medida no se hizo extensiva a todos los sectores. Indicó que tampoco están estimulando las exportaciones. «Las dificultades logísticas en los puertos continúan y tener que venderle al Banco Central de Venezuela 40% de las divisas que se perciben encarece el bien que se va a exportar y se hace menos competitivo en el mercado internacional».
Además, los cortes de energía eléctrica y la reducción de la jornada laboral en el sector público retrasa la entrega de los certificados de no producción, los permisos de Sencamer para los envases, el acceso a registros y notarías para mantener la operatividad de las empresas.
Olalquiaga afirmó que el control de cambio ha favorecido las importaciones, ha generado empleo e impulsado el desarrollo industrial en otros países, mientras que a las empresas nacionales privadas se les restringen las divisas y los empleados se quedan sin trabajo.
Autopartes con inventario para 30 días
Empresas del sector autopartes se han visto obligadas a reducir su nivel de producción para mantener en funcionamiento las plantas y a los empleados en sus puestos de trabajo, pues «reactivar una línea de producción cuesta mucho», aseguró Omar Bautista, presidente de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores.
Con respecto al mercado de la reposición, que se encarga de los repuestos nacionales e importados, calcula que las empresas tienen menos de 30 días de materia prima. «Habrá algunas que tienen un poco más y otras que no tienen, que están paralizadas. Se calcula que la producción está por debajo de la del año pasado».
De acuerdo con Bautista, la mayoría de las empresas trabajan a menos de 30% de su capacidad instalada e incluso algunas no están operando porque sus clientes son las automotrices. «El mercado de las ensambladoras está paralizado. Estamos pasando por un momento bastante difícil», agregó.
Sin embargo, indicó que las perspectivas para las ensambladoras podrían mejorar para el segundo semestre del año, ya que el mercado reanudaría su actividad con la activación del mecanismo flotante de divisas Dicom. A esto se suma la posible implementación del acuerdo que los empresarios suscribieron para vender vehículos en dólares, con los cuales van a comenzar a comprar componentes.
Otro factor en la caída del sector es la deuda con proveedores del exterior, la cual asciende, desde hace dos años, a 405 millones de dólares en solicitudes por liquidar por parte de Cencoex.
Cayeron ventas de productos químicos
Las ventas de productos químicos bajaron entre 20% y 40% porque el consumidor ya no tiene poder adquisitivo «para comprar más allá de la comida», declaró Francisco Acevedo, presidente de la Asociación Venezolana de la Industria Química y Petroquímica. «Los precios de productos con químicos subieron por la escasez de divisas. Estamos en una recesión muy fuerte», agregó.
Debido a la poca demanda, un inventario que antes duraría de 1 a 2 meses ahora dura 3 o 4 meses. «Es como si tuvieras comida para un día, pero solo comes una vez y entonces la comida te rinde para tres días», explicó.
Asoquim tiene 220 empresas afiliadas y cada una funciona con lo que dispone; en consecuencia, solo usan entre 20% y 50% de su capacidad instalada. «Como en el sector químico se trabaja con formulaciones, la falta de un producto frena la producción de una línea y las empresas van activando y cerrando líneas de producción de acuerdo con la materia prima con la que cuenten», añadió.
Los industriales químicos fabrican productos esenciales como artículos de higiene personal y aseo del hogar, pinturas, pegamentos, colchones, aceites, tintas y gases refrigerantes, entre otros.
Desde 2012 hasta el año pasado la deuda del sector químico con sus proveedores ascendía a 526 millones de dólares, lo que ha llevado a una reducción de 90% de las importaciones. Las empresas del exterior se niegan a ofrecer créditos y piden que se les pague de contado.
Construcción ha caído 23 trimestres seguidos
«23 trimestres se dice fácil, pero la realidad es que son casi 6 años con una baja sustancial de la construcción», dijo Juan Andrés Sosa Branger, presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción.
Afirmó que el panorama para el sector construcción mejorará una vez que se implementen medidas económicas distintas a las aplicadas por el gobierno, que desincentivan y son punitivas para el sector privado. «Invitamos al gobierno a reflexionar», dijo.
Las políticas oficiales, agregó Sosa Branger, han llevado al sector cemento a funcionar a 40% de su capacidad instalada; al siderúrgico y al de aluminio a 20%, y al de ferrominería a 55%.
Para solucionar la situación, la cámara propondrá una agenda legislativa a la Asamblea Nacional que cubrirá los sectores vivienda, infraestructura, inmobiliario, turismo y servicios, con la esperanza de crear un ambiente que estimule las inversiones exteriores en el país. Además, se proponen rescatar la calidad en la capacitación de profesionales y técnicos.
Añadió que las dificultades del sector no solo se deben a la falta de divisas, sino que los precios del metro cuadrado aprobados por el Ministerio de la Vivienda son irreales y no son rentables para las empresas. «Tampoco podemos usar la figura de la preventa, que servía como financiamiento, porque los precios de los materiales varían constantemente», agregó.
Indicó que las deudas actuales pertenecen al sector público de construcción, puesto que al sector privado de construcción los importadores no le ofrecen créditos.
Sector plástico con capacidad instalada
Las industrias del plástico están trabajando a 60% de su capacidad y su prioridad es abastecer el mercado interno con los envases de los productos estratégico que tienen que ver con alimentos y medicinas, aseguró Hugo Dell’Oglio, presidente de la Asociación Venezolana de Industrias Plásticas.
Actualmente, satisfacen 60% de la demanda nacional. Sin embargo, afirmó que cuentan con capacidad instalada para abastecer todo el mercado y exportar.
Aunque el gobierno les debe 200 millones de dólares a sus proveedores, recientemente firmaron un acuerdo con el Ejecutivo para crear el Fondo Semilla de Exportación del Motor Petroquímico de 50 millones de dólares para comprar las resinas plásticas necesarias que les permitirán producir con excedente para vender sus productos en el extranjero. La idea es que Pequiven, a través de la importación de alrededor de 100.000 toneladas de polietileno al año, apalanque al sector exportador sin necesidad de usar las resinas destinadas al mercado interno, señaló.
El sector cuenta con 1.000 empresas transformadoras, de las cuales 130 entre pequeñas y medianas exportarán. Confía en que para el mes de julio exportarán envases, tobos, tanques de agua, empaque, bolsas, películas de polietileno y plásticos para el área agrícola. Se establecieron como meta generar, en un año, 600 millones de dólares en ingresos.
Dell’Oglio dijo que son optimistas y esperan que el sistema complementario de divisas Dicom comience a funcionar en 15 días y se pueda tener rápido acceso a las divisas.
El Nacional.
5,333 total views