Notipascua.-El escudero más fiel que tuvo Augusto Pinochet al inicio de los 17 años de su dictadura en Chile fue el general Manuel Contreras, considerado como el principal ejecutor de miles de desapariciones y crímenes cometidos cuando estuvo al frente de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (Dina).
Esta semana, el nombre de Contreras, de 86 años, volvió a la atención pública. Tras un examen muy minucioso de las causas judiciales en las que estaba involucrado, todas se condensaron en 58, cuyos fallos suman 492 años de cárcel.
El lunes sumó a su expediente una condena más, esta vez por el secuestro y desaparición en 1974 de Germán Rodolfo Moreno, dirigente sindical del gremio de la salud y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Con los ocho años de esta nueva sentencia, Contreras llegó a la simbólica cifra de 500 años acumulados por acusaciones. En el 2008 ya había sido condenado a cadena perpetua. El pasado miércoles fue internado en el Hospital Militar de Santiago por varias dolencias agravadas por el padecimiento de una diabetes y su pronóstico es, según lo han dicho los galenos, muy grave.
El mismo día, otro juzgado profirió una nueva sentencia en su contra por encubrir los homicidios de Alberto Gallardo Pacheco, Catalina Gallardo Moreno, Mónica Pacheco Sánchez, Luis Ganga Torres, Manuel Reyes Garrido y Pedro Cortés Jeldres, cometidos entre el 18 y 19 de noviembre de 1975.
Tras la ejecución del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, Contreras, con autorización de Pinochet, comenzó a armar los cimientos de la policía política del régimen, la Dina, que de hecho operó desde el mismo día del derrocamiento del gobierno de Salvador Allende, pero solo dos meses después entraría en operación oficial.
El brazo de la Dina contra los opositores se extendió hacia el exterior, con el asesinato en Buenos Aires del excomandante en jefe del Ejército y exministro de Defensa Carlos Prats, el 28 de septiembre de 1974.
Otra manifestación de tal poder, coordinada en el marco de lo que se llamó Operación Cóndor, en la que los gobiernos militares del Cono Sur se unieron para combatir organizaciones de izquierda, fue el asesinato en Washington el 21 de septiembre de 1976 del exministro de Relaciones Exteriores Orlando Letelier.
Archivos desclasificados califican a Contreras como el “creador” de la operación Cóndor y la CIA mantuvo un estrecho lazo con él hasta que se conoció su alta implicación en el asesinato de Letelier, caso cuyo juzgamiento en territorio estadounidense desembocó en la desarticulación de la Dina, la llamada a retiro de Contreras y la posterior creación, en 1977, de la Central Nacional de Informaciones (CNI).
El general fue pedido en extradición por Estados Unidos en 1978, pero el Gobierno chileno en 1979 y tras haberlo encerrado en una cárcel hecha a su comodidad, se negó a extraditarlo. En 1980, Contreras se retiró a la vida privada, pero siguió siendo muy cercano y leal a Pinochet.
Poco después del comienzo de la transición democrática en Chile, la justicia comenzó a abrir o reabrir las causas pendientes contra el general retirado y la primera condena, a ocho años de cárcel, se produjo en 1993 precisamente por el caso Letelier. Argentina también lo juzgó y pidió en extradición por el asesinato de Prats, pero Chile negó su extradición. Asociaciones de víctimas y de defensa de Derechos Humanos lograron que la justicia procesara a Contreras por los miles de torturados y desaparecidos durante los años en los que dirigió la Dina.
En caso de morir, no recibirá honores militares por un decreto presidencial del 2009 que priva de ello a quienes hayan recibido condenas o bajas deshonrosas.
Fuente:El Tiempo||Colombia
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