Existen factores del sol que harán que tu piel se reseque con mayor facilidad, y es que como la exposición al sol, el aire seco y la falta de hidratación pueden agravar el problema, así que no dudes en protegerla
Muchas personas tienen el tipo de piel seca debido a que la epidermis no adsorbe bien el agua generando la resequedad y es por esto que la piel va eliminando los lípidos que se encuentran en la superficie y cuya función es impedir la evaporación del agua.
Es por esto que puedes encontrar personas que tiene la tez ausente de brillo, tersura y elasticidad. Además, se vuelve más frágil y sensible, reaccionando con rojeces e irritaciones a elementos que antes no la dañaban, ya sean productos cosméticos, alimentación, u otros de tipo medioambiental.
También existen las pieles grasas deshidratadas
Así que si tu piel es grasa no estás libre de padecer deshidratación, por lo que debes tener cuidado porque es uno de los peligros que corre por el exceso de limpieza con jabones agresivos para retirar el maquillaje o productos astringentes muy fuertes.
Ya que la respuesta de la piel es justo la contraria a la que buscamos. La función del sebo es proteger la piel de la sequedad y cuando detecta este reseco produce más cantidad y el problema crece.
Para evitar esto se debe aplicar en la cara cremas hidratantes, nutritivas y leches limpiadoras específicas para pieles grasas o pieles mixtas. Productos de texturas ligeras, fácil absorción y con ingredientes seborreguladores y matificantes.
Para contrarrestar todos estos factores debes poner en práctica cada día los siguientes consejos que constituyen todo un tratamiento para la piel deshidratada:
Manten un nivel de humedad óptimo, ya que los ambientes muy secos, demasiado calientes y el aire acondicionado producen sequedad en la piel. Así que ten cuidado y hazte con humidificadores que ayudarán mejor a mantener la hidratación natural de la piel y evitar su sequedad.
También los baños continuos en la playa o en la piscina tan característicos del verano resecan la piel del cuerpo. Date una buena ducha después de cada baño y al llegar a casa utiliza siempre esponjas suaves y jabones neutros, los menos agresivos.
Asimismo es importante que bebas entre 1,5 L o 2L de agua al día, mantén esta buena costumbre También puedes optar por hidratantes zumos naturales de frutas, infusiones, smoothies.
La alimentación rica en agua y sales minerales, puesto que ayudan a reponer líquidos, mantener hidratado tu organismo y, en consecuencia, favorecen una piel saludable.
Puedes ayudarte con aceite de oliva, que es uno de los grandes emolientes naturales, puesto que hidrata y regenera la piel. En la crema actúa como un potente antioxidante y ayuda a la piel a restaurar su función fotoprotectora.
Por último, toma en cuenta los extractos de plantas como la Euterpe Oleracea, un antioxidante y protector para la piel, con funciones nutritivas y reparadoras; y la Rheum Rhaponticum, que al incluirse en la formulación de la crema estimula mejor los mecanismos internos de hidratación propios de la piel para que ésta recobre un aspecto terso y luminoso.
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