FELIPE HERNÁNDEZ G.
Cronista Oficial de Municipio Infante/UNESR/ Valle de la Pascua
Este 12 de octubre de 2017 se cumplen 525 años del: Encuentro o Contacto de Dos Mundos, Descubrimiento de América, Día de la Raza, Resistencia Indígena o como le quieran llamar…Fue en la noche del 11 al 12 de octubre de 1491 cuando se dio el grito de «¡Tierra!», y la historia de Europa y de América cambió de manera irreversible para siempre.
El que había de ser uno de los viajes más trascendentales de la historia empezó a tomar forma el 22 de mayo de 1492, cuando llegó al Puerto de Palos de la Frontera, en la provincia de Huelva (Andalucía-España), una carta de los Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón) en la que se le ordenaba a la municipalidad contribuir con dos embarcaciones a la expedición. Aunque no fue fácil armar los barcos y reclutar a la tripulación,Colón pudo echarse finalmente al mar el 3 de agosto al frente de tres naves, la Santa María, la Pinta y la Niña. La primera, la capitana, era una nao, mientras que las otras dos eran carabelas.Las naos eran barcos de tres mástiles y velas cuadradas, de tradición atlántica; pesadas y robustas, resultaban muy aptas para navegaciones largas. Por su parte, las carabelas eran más ligeras y maniobrables, tenían dos o tres palos que se solían aparejar con velas latinas.
Los principales conocimientos de Colón sobre el viaje y las distancias que recorrerían se basaban en dos hechos: uno cierto, la esfericidad de la Tierra, y otro erróneo, el tamaño de la misma. De este modo, Cristóbal Colón pensaba que nuestro planeta tenía una circunferencia ecuatorial de unos 30.000 kilómetros, es decir, unos 10.000 menos de los que en realidad tiene.
Así pues, después de hacer escala en las Islas Canarias, el 6 de septiembre la armada tomó rumbo al oeste. El almirante calculaba que la distancia hasta Cipango (Japón) sería de unas 700 leguas, por lo que cuando se superaron las 800 leguas sin avistar tierra, hubo de afrontar el descontento de sus hombres, deseosos de abandonar una aventura que cada vez parecía más temeraria y arriesgada.
Según el relato del diario de Colón, el vigía de la carabela La Pinta, Rodrigo de Triana, pasando dos horas de la medianoche del día 12 de octubre de 1492, gritó ¡Tierra! al ver una fogata en el horizonte, prueba evidente de que habían llegado, finalmente, a lo que creían era su objetivo. Más sin embargo, de esta forma, el vigía se convertía en el primero en divisar el Nuevo Mundo… Las llamadas Indias Occidentales, término que hacía referencia a las islas del Caribe denominadas Antillas y Bahamas.
Ya a principios de octubre se habían visto bandadas de aves que surcaban los cielos, y la noche del 11 al 12 de octubre se dio el ansiado grito de «¡Tierra!». Era la isla de Guanahaní, bautizada por Colón como San Salvador e identificada en la actualidad con el nombre de IslaWatling, una de las Bahamas, donde desembarcó Colón aquel 12 de octubre de 1492. De ahí, el navegante siguió su periplo por las islas de este archipiélago —-Santa María de la Concepción (Rum Cay), Fernandina (Long Island), Isabela (Crooked Island), etc.—- antes de arribar a la isla Juana (Cuba) el 28 de octubre. El 6 de diciembre llegó a La Española (Santo Domingo). El día 24 del mismo mes la Santa María encalló a la altura del actual cabo Haitien y sus restos sirvieron para construir un pequeño fuerte, bautizado con el nombre de Navidad.
Por fin, el 16 de enero de 1493 Colón ordenó el regreso. Tras superar el archipiélago de Las Azores y después de una breve escala en Lisboa, la armada fondeó de nuevo en el Puerto de Palos de la Frontera el 15 de marzo. Una aventura que abrió las puertas de América a los europeos. Una trascendental y peligrosa empresa que cambió el mundo y la historia de la humanidad.
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