08 de noviembre del 2016
Notipascua.- Continuidad o viraje político. Estas son las dos opciones que tiene Estados Unidos en la escogencia de su nuevo presidente, una decisión que repercutirá en la geopolítica mundial, incluida Venezuela. Un nuevo gobierno demócrata o republicano tendrá consecuencias directas en la relación estadounidense con su principal proveedor de petróleo y el país que lo considera un “imperio” que conspira en su contra.
Tanto Donald Trump como Hillary Clinton son conscientes de la realidad de Venezuela, y de las diferencias entre el gobierno de Nicolás Maduro con el de Barack Obama. La expulsión de personal diplomático, las acusaciones de sabotaje e intervención y la ausencia de embajadores en ambas naciones han marcado la relación entre ambos países en la última década.
Clinton, como ex secretaria de Estado, ha opinado en varias ocasiones sobre la crisis venezolana y ha dejado en evidencia su oposición a las políticas del gobierno de Maduro. Trump también se ha manifestado sobre el tema durante su campaña: “Su sistema es malo, pero su pueblo es grande”, dijo en Florida.
La declaración de Trump pudo ser solo para calar en el momento y buscar votos latinos, afirmó el presidente del Colegio de Internacionalistas en Venezuela, Juan Francisco Contreras. Destacó que el candidato republicano ha demostrado que su concepto de Latinoamérica es solo México. “Creo que él no está muy claro en el tema de Latinoamérica sino que todo está en un solo paquete”, sostuvo.
Por otro lado, Clinton se ha mostrado interesada y calculadora en el tema latinoamericano, en especial con Venezuela.
Una victoria demócrata significaría continuidad en la relación Estados Unidos-Venezuela. No obstante, si se instala un gobierno republicano en la Casa Blanca el cambio no sería tan drástico, pero sí significativo.
“La línea de Clinton es más racional, en cambio la de Trump es más agresiva, emocional, radical y ve solo los intereses estadounidenses. Puede ser peligrosa para América Latina y Venezuela. Más conviene a América Latina una presidencia demócrata que una republicana”, afirmó el ex embajador Julio César Pineda.
El internacionalista Félix Arellano coincide en las ventajas de la racionalidad de Clinton. Asegura que la candidata demócrata daría certeza e implicaría “una política exitosa como la de Barack Obama, donde ha habido diálogo, conciliación, el papel de las Naciones Unidas como un eje central, el respeto de los derechos humanos”.
Arellano consideró que la demócrata continuaría presionando de alguna forma al gobierno de Nicolás Maduro.
Pero más allá del poder que tuviera un presidente demócrata o republicano, la línea que ha seguido el Departamento de Estado no cambiará.
“A Trump no lo van a dejar salirse de los canales regulares y tradicionales. No creo que haya mucha variación. La candidatura de Hillary sería lo más conveniente. Creo que no va a haber mayores cambios, Trump quizá pueda ser más mediático”, indicó Contreras.
¿Qué pasa si gana…?
La Oficina Oval de la Casa Blanca tendrá para este 8 de noviembre un nuevo jefe, quien indudablemente tomará decisiones sobre Venezuela. Pineda, Contreras y Arellano coincidieron en que tanto Trump como Clinton influirán de alguna forma en el país.
Lo impredecible y emocional de Trump son aspectos que preocupan a Arellano. El internacionalista ve dos escenarios: confrontación y convivencia.
“Pudiera imaginar el escenario que tenga enfrentamiento con Venezuela por la presión de algunos miembros del Partido Republicano, pero también pudiera imaginar un escenario que haya convivencia con Venezuela. Comparten el mismo discurso autoritario, los mismos sistemas de exclusión y hay un ingrediente importante que es el tema Putin. La vinculación de Trump con Putin podría llevarlo a un entendimiento tipo Guerra Fría: tú me tocas unos sitios, yo no te toco otros y Venezuela puede estar resguardada bajo el esquema Putin, lo que implica que pueda seguir este gobierno mucho más tranquilo que con Hillary. Por otra parte, no es Donald Trump precisamente un defensor de los derechos humanos”, sostuvo.
Una opinión similar compartió Pineda. El ex embajador consideró que Trump podría alejarse de Venezuela y en el plano económico podría cerrar los mercados. Pero si otro Clinton vuelve al poder el acercamiento que se decidió entre Venezuela y Estados Unidos en el mes de junio continuaría a la par del apoyo al diálogo, sin dejar de lado las críticas al gobierno de Maduro.
Más allá de las críticas, Arellano prevé que Clinton podría fortalecer el tema de la orden ejecutiva del presidente Obama, que continúe la presión en la Organización de Estados Americanos (OEA) con el tema de la Carta Interamericana Democrática y el fortalecimiento de derechos humanos “en la OEA y sobre todo en las Naciones Unidas”.
¿Y el Decreto Ejecutivo?
Arellano y Contreras están de acuerdo en que continuará el Decreto Ejecutivo que el presidente Obama emitió hace dos años en el que se sanciona a siete funcionarios venezolanos por su responsabilidad en la violación de derechos humanos y en hechos de corrupción. El senador republicano Marco Rubio ha pedido ampliar la lista e incluir a más personas, algo que podría ocurrir sin importar quién llegue al poder.
“El decreto ejecutivo no es en contra de Venezuela, es en contra de individuos. Una ampliación de las sanciones lo veo más en el caso de Clinton, habría más preocupación y control en el tema de derechos humanos en Venezuela y otros países del mundo”, afirmó Arellano.
Igual criterio comparte el presidente del Colegio de Internacionalistas, pues considera que las razones por las cuales se emitió y renovó no han cambiado. “Ese tema ha generado un efecto, creo que el tema va a continuar sea Clinton o Trump”.
Fuente: ElNacional
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