Notipascua.- Un día después de la audiencia preliminar del 31 de agosto al ver que “ya la sentencia estaba dicha y que ya todo estaba escrito”, Marco Coello tomó la decisión de irse del país. “Prefiero ser un ciudadano venezolano con el poder de luchar por Venezuela desde afuera, que estar en Venezuela preso, sin poder siquiera hablar”, expresó el joven que compartía causa con el dirigiente opositor Leopoldo López por los hechos ocurridos el 12 de febrero de 2014, en entrevista para CNNE.
“Yo esperé hasta el último momento, cumplí todas las normas legales, pero cuando vi que la decisión que iban a tomar me quitaría mi libertad y tal vez hasta mi vida decidí irme”, dijo Coello sobre el momento en el que se planteó la huída del país.
El joven de 20 años estaba conciente de los riesgos, “pero aún así iba a ir preso” insistió, razón por la cual se animó a intentarlo y junto a su padre inició los preparativos para viajar a Estados Unidos.
“Nos levantamos a las 10:00 am. Bajamos al aereopuerto, sin pasaje. Luego nos anunciamos y, en cuestión de segundos, después de chequear el pasaje. Ya el señor de la aerolínea nos preguntaba hacia dónde íbamos”, contó y refirió que bromearon con el personal sobre su primer viaje a la “casa de Mickey”.
La travesía en el aereopuerto fue un delirio, según dijo Coello. Los nervios de ser descubierto lo invadieron en todo momento y contó cómo debió ingeniárselas con su padre para no parecer sospechosos. ” Era muy difícil. Mi papá los distraía, él era quien daba la cara”, agregó.
Tenía el corazón en la boca y sudaba. Le tocó vivir los momentos de mayor angustia cuando presentó su identificación. Su pasaporte no pasó ni la primera, ni la segunda vez. A la tercera el funcionario lo tranquilizó: “Como que sí te vas a Miami”.
De allí en adelante, las revisiones rutinarias que para él pesaban muchísimo más. No utilizó gorra ni sueter con capucha. Cargaba, según indicó, la misma chaqueta negra que vestía en el programa de Fernando del Rincón, pero sí tuvo la previsión de evitar las cámaras. “Caminábamos escondiéndonos de las cámaras, me senté a dibujar para que no me vieran el rostro y evitamos usar tarjetas de crédito para no dejar rastro”, detalló sobre estancia dentro del aereopuerto.
Consideró que efectivamente hubo un descuido por parte de los funcionarios del aeropuerto, pero también “mucha suerte”. En cuanto el avión despegó, el joven y su padre se abrazaron y lloraron, a escondidas, temiendo todavía ser descubiertos. “Era un llanto de esperanza, pero también de dolor y tristeza al ver cómo dejaba mi país”, dijo.
Esta semana, Coello pidió asilo en Miami, al considerarse un perseguido político y según los abogados Elizabeth Blandon y Richard Rivas existen grandes posibilidades de que se la den. “Marco es el asilado perfecto, porque tiene miedo de regresar; el motivo de su persecución es completamente política; el motivo del daño que le hicieron fue por temas políticos”, detalló Blandon.
Aunque él no es miembro de algún partido, el motivo de lo que lo hicieron fue su participación en una marcha político.
Malos tratos y torturas
Ya Coello había denunciado ante el Centro de Derechos Humanos de la UCAB que durante su detención recibió amenazas, malos tratos y torturas por parte de los funcionarios de seguridad y en esta ocasión reiteró los abusos que le ocasionaron. Según dijo, pasó más de cuatro horas de tortura, además de recibir golpes fuertes, contó cómo le rocearon de gasolina en el cuerpo, lo amenazaron con ser quemado y le aplicaron choques eléctricos.
Esto debido a su negativa de firmar una declaración que lo hacía culpable y que además mencionaba a Leopoldo López como el dirigente que lo ordenó a actuar de tal forma.
“Era una furia que tenían que no la podían controlar”, dijo el joven sobre sus captores. Tan solo supo que eran funcionarios de seguridad cuando se percató de que el edificio donde lo habían recluido tenía una placa que lo identificaba como sede del Cicpc.
“Allí me arrodillaron, me pusieron contra una pared esposado durante aproximandamente 5 horas. Cada funcionario que pasaba me apretaba las esposas y me pegaba la cabeza contra la pared, después seguían llegando estudiantes. Me llevaron a un cuarto aparte. Pusieron una declaración y me dijeron que la firmara: tú eres el culpable y López te está dirigiendo a ti”, refirió.
Aseguró que le pusieron una pistola frente a su cabeza, la cargaron y amenazaron con acabar con su vida. Pero él se negó. “No lo mates aquí porque hay cámaras, si quieres lo llevas afuera y lo matas afuera”, recordó Coello del comentario de uno de sus captores.”Ahí yo baje la cabeza y me resigné”, agregó.
Coello explicó que previo a conocer que llevaría la causa junto a la de López, no lo conocía personalmente. Se presentaron cuando fueron esposados juntos y les informaron que sus juicios se unirían.
Reiteró que su partida no significa que se haya olvidado de su país; dijo que se fue porque allí no podría luchar por la Venezuela que desea. “Lo que no me dejaron hacer en Venezuela por miedo, desde aquí (Miami) lo podré hacer. Seré la voz de aquel venezolano que tiene miedo de hablar allá”, declaró.
Su voz se quebró al final, cuando le preguntaro por su madre: “Eres mi guerrera, con toda mi alma te amo, te prometo que voy a luchar por ti, pase lo que pase voy a estar para ti”, dijo.
Fuente: Efecto Cocuyo.
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