09 de enero del 2016.-
Colombia||Notipascua.- Con una meta de erradicación de cultivos ilícitos que no se cumplió durante el 2016 –era de 20.000 y se logró únicamente la erradicación de 17.593 hectáreas–, el Gobierno tiene para este año una cifra mucho más ambiciosa, pues pretende que sean 100.000 las hectáreas de coca que desaparezcan del campo colombiano.
El sistema Simci, de monitoreo de la Agencia de Naciones Unidas para la Droga y el Delito, encontró que en el 2015 había en el país 96.000 hectáreas sembradas con coca, una cifra que podría haber ascendido hasta las 130.000 en el 2016 según fuentes extraoficiales consultadas por El Tiempo. Es decir, el propósito del Gobierno para este año es acabar con el 77 por ciento de lo que habría sembrado hoy. ¿Cómo lo va a lograr?
El país se jugará dos cartas claves: la sustitución voluntaria y la erradicación forzosa. Con la primera se pretende lograr una disminución de 50.000 hectáreas como consecuencia de los proyectos de desarrollo productivo de los campesinos. La segunda se refiere a la erradicación manual a cargo de la Fuerza Pública.
El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, que reconoce que es posible que durante el año pasado el área afectada con coca en el país haya aumentado, dice que la meta de sustitución “es crucial para producir un punto de quiebre definitivo en la producción de hoja de coca, que coincida con los esfuerzos de transformación del territorio como consecuencia de la paz”.
Cabe recordar que la prohibición de fumigar los cultivos ilícitos, que se dio en octubre del 2015 por la Comisión Nacional de Estupefacientes, y elproceso de paz firmado con las Farc, que compromete a la guerrilla aalejarse de esta actividad ilícita como medio de financiación, obligó a replantear la política contra el narcotráfico.
“Se espera el cumplimiento de lo consignado en el acuerdo donde se especifica que las Farc se deben convertir en un aliado fundamental para las labores que adelanta el Gobierno en la lucha contra las drogas, entregando información detallada”, asegura Villegas.
Según el Ministro, la participación de la guerrilla en la lucha contra el narcotráfico tendría efectos tanto en la interdicción, la persecución del lavado de activos y la capacidad de lograr acuerdos de sustitución voluntaria con las comunidades.
La estrategia que recoge tanto el mecanismo de erradicación como la sustitución voluntaria está basada en la conformación de cuatro Centros Estratégicos Operacionales (CEO), que cubren 11 departamentos donde se concentra el 91 por ciento de las matas de coca.
Los puntos de operación ya fueron establecidos en Tumaco (Nariño), el municipio con más coca del país (16.000 hectáreas); la región del Catatumbo (Norte de Santander); Caucasia (Antioquia) y San José del Guaviare (Guaviare).
Los centros de operaciones cuentan con la presencia de la Policía, el Ejército y funcionarios encargados de dar a conocer a los campesinos las ventajas y compromisos de los programas de sustitución.
Así, cuando los cultivadores de matas de coca no acepten o los narcocultivos estén en zonas inhóspitas, la Fuerza Pública adelantará la erradicación forzosa de los mismos. Bajo esa figura fueron priorizados este año 26 municipios de 6 departamentos.
La lucha contra el narcotráfico buscará, en todo caso, afectar la cadena ligada a la producción y comercialización de droga a través de las operaciones de interdicción –contra los laboratorios, cultivos, incautación de precursores químicos, incautación de cocaína y capturas de jefes narcotraficantes–, que se desarrollarán desde los CEO.
El coronel Walter Giraldo Jiménez, comandante de la Brigada contra el narcotráfico del Ejército, afirmó que uno de sus objetivos será la ubicación de los cristalizaderos, lugares adaptados para procesar entre cinco y diez toneladas de cocaína que por lo general los narcotraficantes construyen en lugares de difícil acceso para eludir a las autoridades, especialmente en zonas selváticas que colindan con las fronteras de Ecuador, Panamá, Brasil y Venezuela.
El año pasado se destruyeron 1.087 semilleros, otra de las prioridades, también para este 2017. “Contamos con 3.000 hombres que son comandos entrenados en diferentes fuerzas, lo que nos garantiza el desarrollo de operaciones de alta precisión, entrenados en supervivencia y acciones de asalto”, dijo el coronel Giraldo.
Así mismo, cada una de las 8 divisiones de la institución contará con una brigada especializada en erradicación manual, para un total de 20.000 hombres.
La Policía, por su parte, continuará desarrollando las tareas de erradicación forzosa, a las que le incorporó la aspersión terrestre, que es la aplicación directa de glifosato sobre la mata. El piloto fue desarrollado en Tumaco con buenos resultados, afirmó el general José Ángel Mendoza, director de Antinarcóticos de la institución.
Agregó que aunque no todos los días se puede realizar la aspersión terrestre por factores climáticos, bajo esa modalidad se alcanzan a afectar cinco hectáreas al día.
Además, el general confirmó que esta semana comenzará la primera fase de la erradicación manual en Tumaco y San José del Guaviare, que está prevista para desarrollarse en un periodo de 65 días.
Por: El Tiempo.
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