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Don Rómulo Gallegos, a 135 años del nacimiento del autor de Doña Bárbara

FELIPE HERNÁNDEZ G.* *UNESR/Cronista del Municipio Infante-Guárico // fhernandezg457@gmail.com

El 02 de agosto de 1884, nació en Caracas, don Rómulo Ángel del Monte Carmelo Gallegos Freire, destacado político, maestro, novelista y periodista, razón por la cual se cumplen 135 años de su natalicio, es Considerado como uno de los más grandes literatos latinoamericanos de todos los tiempos. Se caracterizó por dedicarse a la defensa y revalorización de la identidad nacional. Su nacimiento coincide con la conmemoración de los 90 años de publicación de su célebre novela, Doña Bárbara (Barcelona, España, 15/19/29, editorial Araluce).

Cursó estudios en el Colegio “Sucre” y se licenció en Filosofía, Literatura y Matemáticas. Dirigió el Liceo Federal de Barcelona, estado Anzoátegui, la Escuela Normal de Caracas y el Liceo “Andrés Bello” de la capital venezolana. Fue profesor entre 1912 y 1930. Durante ese periodo, publicó numerosas novelas centradas en la vida de su país.

Premio Nacional de Literatura (1957-1958), fue elegido por unanimidad como individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua (1958) y en reconocimiento a su obra se creó en 1964 el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, uno de los más prestigiosos de Latinoamérica, y en 1974 se fundó en Caracas el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg).

Escritor de diversas obras, una de las más emblemáticas, “Doña Bárbara”, recrea la coyuntura histórica en la que se enfrentan las nuevas formas del progreso contra las viejas figuras despóticas de los llanos venezolanos. Asimismo, surgieron de su pluma las novelas “Reinaldo Solar”, “La Trepadora”, “Cantaclaro”, “Canaima, Pobre negro”, “El Forastero”, “Sobre la misma tierra”, “La brizna de paja en el viento”, entre otras.

Durante el mandato de Juan Vicente Gómez, fue nombrado senador por el estado Apure, en 1931, pero sus convicciones democráticas le hicieron renunciar al cargo e irse al exilio. En 1935, al morir Juan Vicente Gómez, Gallegos vuelve a Venezuela y en 1936 fue nombrado ministro de Educación en el gobierno de Eleazar López Contreras, cargo al que también renunció.

En 1941 participó en la creación del partido Acción Democrática; cuatro años después tomó parte en el golpe militar contra el presidente Isaías Medina Angarita (18/12/1945), que llevó al poder a Rómulo Betancourt como presidente provisional del país.

El 14 de diciembre de 1947 a través del voto universal, directo y secreto fue electo democráticamente Presidente Constitucional de la República en las primeras elecciones libres de Venezuela. No obstante, debido a su empeño en la defensa de la soberanía, Gallegos apenas estuvo en el gobierno desde 15 de febrero hasta el 24 de noviembre de 1948, cuando fue derrocado por una Junta Militar que lideraban Carlos Delgado Chalbaud, Luis Felipe Llovera y Marcos Pérez Jiménez.

A raíz de su derrocamiento fue al exilio, primero a La Habana y después a México. La Universidad de Columbia le confirió el Doctorado Honoris Causa en 1948, al cual renunció en 1955 cuando le otorgan la misma distinción al dictador guatemalteco Carlos Castillo Armas, con este gesto demostraba una vez más su convicción democrática. Luego fue distinguido por otras universidades, entre las que se encuentran la Universidad de San Carlos en Guatemala (1951), la Universidad de Costa Rica (1951), la Universidad de Oklahoma en Estados Unidos (1951), Universidad Central de Venezuela (1958), Universidad de Los Andes en Venezuela (1958) y la Universidad del Zulia (1958).

Ganó el Premio Nacional de Literatura (1958) y fue nominado al Premio Nobel de Literatura en 1960. Rómulo Gallegos regresó al país tras la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958, pero ya no se dedicaría a la política.

Muere en la ciudad de Caracas el 5 de abril de 1969, a los 84 años de edad, siendo reconocido como uno de los más honorables e ilustre venezolano del siglo XX. El 3 de mayo de 1994 el Presidente Rafael Caldera decretó los honores del Panteón Nacional para Gallegos, pero jamás fue llevado allí, porque la última voluntad del escritor fue descansar junto a la tumba de su esposa, doña Teotíste Arocha Egui de Gallegos, en el ala sur del Cementerio General del Sur.

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